El exídolo americanista es panadero en un negocio familiar en Paraguay; acusa a su exesposa de estafa Agencias Tras haber sido uno de los futbolistas más cotizados a nivel internacional, el paraguayo y exídolo americanista Salvador Cabañas, de 33 años, se dedica al oficio de panadero, desde aquel disparo que recibió en la cabeza en la Ciudad de México hace cuatro años. El negocio es de sus padres y de ahí depende para sostenerse económicamente luego de que su expareja, María Lorgia Alonso, con quien procreó dos hijos, se quedó con una lujosa mansión de Asunción, valuada en 5 millones de dólares. También le atribuye haberse apoderado de sus bienes, durante su convalescencia, en connivencia con su representante y el abogado. “A medida que pasa el tiempo me voy dando cuenta de muchas cosas”, observa Cabañas al aludir a presuntos manejos turbios de su exrepresentante José González y de su propia expareja. “Hasta el abogado se vendió a ellos”, dijo. Respecto a lo que ocurrió antes del disparo en la cabeza, señala que había firmado un pre-contrato por 1 millón 700 mil dólares para una transferencia a Europa. Me dijeron que mi destino sería el Manchester United. El América me retuvo. Me dio un departamento en Acapulco y otro en Cancún. Me dobló mi salario...”, señala. El futbolista asegura que no está “con las manos vacías”, pues conserva algunas propiedades. Además de un complejo deportivo que administra su exesposa, tiene “una estancia El Chaco, al norte de Paraguay, y varios terrenos en Asunción, Ciudad del Este, Itaguá, Capiatá y en muchísimos lugares”. También se cuentan las propiedades de Cancún y Acapulco, además los ingresos por parte de su club 12 de octubre, con el que milita desde 2012 y que actualmente juega en Primera División. Negó que haya perdido todo y aseguró que no pasa necesidades y dijo que está “peleando para recuperar lo que tenía anteriormente”. Asimismo, agradeció las muestras de apoyo, como la mostrada por su compañero Nelson Haedo Valdéz, quien lanzó una campaña para ayudarlo. |