Se lidió un encierro de La Soledad, que careció de trapío, fuerza y bravura en la penúltima corrida del serial Jaime Oaxaca Una oreja cortaron Fabián Barba, José Mauricio y Juan José Padilla, mientras Alfredo Gutiérrez era pitado ante un encierro de La Soledad que en general careció de trapío, fuerza y bravura, ante una pobre entrada en la vigésima y penúltima corrida del serial que se realiza en la plaza México. Juan José Padilla ha derrochado valor toda la tarde, el cariño que le tiene la gente es evidente, banderilleó a sus dos toros. A su primero le cuajó algunos buenos pases, alargó la faena queriendo agradar al público, pinchó y le sonaron un aviso. Al segundo lo empezó a torear de rodillas en los medios, el astado hizo por él y milagrosamente no lo hirió, recuperado se colocó nuevamente hincando en la arena para cuajar la tanda de muletazos, la gente se le entregó absolutamente y le jaleó toda la faena en la que hubo muletazos buenos y otros no tanto, el español pinchó y luego metió la espada, se le entregó la oreja que fue levemente protestada; ovación al toro. Fabián Barba se jugó la vida ante un cornudo que tenía mucho peligro, las pocas tandas no fueron muy pulcras por la forma de embestir del burel, pero a cambio fueron muy emocionantes por el riesgo que había en cada muletazo, los aficionados estaba pendiente porque en cualquier momento podría ser herido el torero; Barba mató de una estocada y cortó una oreja. Con su segundo estuvo valiente. José Mauricio se enfrentó al único toro con trapío, lo lanceó con bellas verónicas, quitó por gaoneras; inició el último tercio doblándose, luego cuajó muletazos con clase quizá sin mucha dimensión porque esa es su forma de torear, el burel empezó a perder fuerza y los pitones se quedaban cerca del torero quien no se inmutaba y ahí seguía para el siguiente; mató de buena estocada y cortó una oreja. Con su segundo, que no valía nada, poco pudo hacer, le sonaron un aviso. Gutiérrez se le notó desangelado, fue pitado en sus dos toros. A su primero no lo sometió y los cuatro minutos se tiró a matar pinchando en demasía. Con su segundo hizo algunos muletazos que no trascendieron mucho.