Starman, luchador de sacrificios

David PORTILLO  FOTO 3Sin ser miembro de alguna dinastía y ser el único en su familia que se dedica al mundo de la lucha libre, Starman ha logrado ganarse un lugar importante en este deporte desde hace 19 años que decidió aventurarse. Durante su estadía en las filas del Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL), el gladiador agradece a la vida haberlo guiado hacia este mundo de los lances, pues gracias a ello pudo construir su propia familia y brindarles lo mejor. “Gracias a la lucha libre tengo una familia, un gimnasio, una propiedad, un coche, todo viene pegado a este deporte, viajes al extranjero y en toda la República Mexicana. Para mi ser papá es lo más grande, tener dos niños, bajar del ring por mi propio pie y saber que en casa me están esperando es lo mejor”, comentó. El originario del Distrito Federal relató que lo más difícil de ser un gladiador, es no estar presente en fechas importantes con su familia, junto a sus dos hijos que son su mayor tesoro y regalo que ha podido recibir fuera de su máscara. “Pienso que dejar a la familia es lo más difícil, más cuando me toca ir a luchar al extranjero los días que todas las familias se reúnen como es Navidad y Año Nuevo, y yo he tenido que estar sólo en un hotel, pero dicen que todo sacrificio tiene una recompensa, no me arrepiento, no me quejo, pero es lo más difícil que te puede pasar”, aseguró. El hecho de no tener un heredero en los encordados a Starman no le quita el sueño de que su hijo de 10 años pueda seguir sus pasos, sin embargo, no le gustaría que su pequeña de 7 años hiciera lo mismo. “Es decisión de ellos, uno no los puede forzar a que sigan sobre de algo, pero sí darles un ejemplo y que ellos decidan, principalmente el niño, mi hija ojalá que no, porque es muy difícil ser luchador, uno como hombre batalla, luego no tienes donde dormir, no todo es bello dentro de, el sacrificio de una mujer es más”, sentenció. A pesar de que su esposa no está ligada al mundo de las llaves y contrallaveos, el luchador técnico reconoció que ha sido un gran pilar para mantenerse vigente en este deporte de alto riesgo. “Mi esposa es ajena a la lucha libre, es contadora pública, nos respetamos mutuamente en todo. “Mis niños se sienten orgullosos, les da mucho gusto verme en las revistas, en la tele, cuando salgo de viaje les llevo algún recuerdo, sin mi máscara soy como una persona común y corriente, ahorita me quito el equipo de luchador y soy uno más, paso desapercibido, en la colonia donde vivo, mientras menos sepan de mí mejor”, puntualizó. Con el poco tiempo que en ocasiones llega a destinarle a su familia, Starman narró que en esos pequeños ratos libres “trato de llevarlos al cine, al parque, a desayunar, jugar con ellos”. Asimismo, recordó que sus inicios en el mundo del pancracio se dieron por influencia de su señor padre, quien siempre lo inculcó a practicar algún deporte y que era pugilista amateur. “Viene de que mi papá siempre fue deportista, tenía un gimnasio, él se dedicó más a las pesas y box amateur, pero siempre nos inculcó a mis hermanos y a mí a hacer deporte y yo me incliné por la lucha libre. Soy el único de la familia que se dedica a la lucha libre, tengo un sobrino que debutó como Mini Starman, pero tuvo una lesión en la rodilla y se tuvo que retirar, y soy el único que sigue de pie”, concluyó.
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