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Arturo Cañas, de campeón a formador

Arturo Cañas, de campeón a formador
ESCU Arturo Cañas, de campeón a formador

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René VALENCIA ESCUFue campeón con el Puebla de la Franja en 1989 y continuó su carrera con las Águilas del América, ahora, Arturo Cañas Ramírez se siente realizado en su nueva faceta como formador de futbolistas. El centro de formación del exfutbolista lleva por nombre Escuela de Futbol Puebla FC "Arturo Cañas". El sitio tiene cerca de 18 años de trabajar con jóvenes de la entidad, pese a que su fundador no contemplaba dedicarse a esta labor tras su retiro de las canchas. Cañas Ramírez describió que su transformación de jugador a director técnico de niños resultó ser una casualidad. Fue gracias a la invitación de un amigo, quien le pidió que por una semana atendiera el campo y a los jugadores. Cañas acepto realizar el favor. “Fíjate que todo esto fue un cambio muy chistoso, porque sólo sabía lo que había aprendido en el futbol, pero no entrenar”, mencionó. Al culminar ese periodo de prueba se dio cuenta que le fascinaba convivir con niños que apenas sobrepasaban los 8 años. Disfrutaba el brillo de sus miradas, así como la energía con la que se entregan a los nuevos retos. Tal motivo le permitió trabajar más tiempo en el campo con los pequeños, por lo que le ofrecieron quedarse a cargo de la sección de infantes. Durante cinco años entrenó pequeños en diversos centros deportivos, hasta que logró obtener su espacio en el Jardín del Arte, donde se dedica en la actualidad a la formación de los futuros estrellas del balompié. Le sorprende el éxito de su trabajo, pues hoy en día tiene a su cargo a 300 pequeños. “Lo único que me importa transmitirle a los niños es a ser triunfadores, porque la competencia es sana para todos ellos”, agregó. En casi dos décadas como entrenador, Arturo Cañas reconoció que lo más gratificante de su trabajo es lograr incentivar a un pequeño a gozar de su niñez mediante juegos de y convivencia con otros infantes, debido a que considera que los menores cada día dependen más de aparatos para ser felices. Para transmitirles las ganas de juego a sus alumnos les relata sus viejas glorias, como cuando levantó la Copa de Campeón de Campeones, la cual enfrentaba a los ganadores de Liga y Copa. “Es una sensación (levantar la copa) que nunca se me va a olvidar hasta que me muera”, confesó. El motivo por el que les comparte sus hazañas como deportista profesional a los pequeños es para que no dejen de soñar y se conviertan en triunfadores. Reconoció que el trabajo es cada vez más complicado, pues muchos lo intentan, pero pocos lo logran. Orgulloso, recuerda el caso de Pablo González, un entrenado suyo que logró jugar en la primera división futbol con el Puebla. Recordó que de niño, Pablo mostraba grandes habilidades en el campo, por lo que al enfrentarse con jugadores de mayor edad, estos le temían, debido a su facilidad tanto para atacar, como para defender. Arturo Cañas comentó que 2014 fue uno de los mejores años para su escuela, ya que obtuvo la certificación por parte del Puebla de la Franja. Para lograrlo, se reunió con el dueño de La Franja, Jesús López Chargoy, para mejorar las condiciones de su escuela. El exdelanterodel América destacó que en casi dos décadas sus alumnos obtuvieron siete títulos de campeones. El éxito de su centro de formación deportiva en la capital poblana lo llevó a abrir otros planteles en la ciudad de Tlaxcala y San Pablo del Monte, lo que le permite tener más de 90 estudiantes. El nacimiento del campeón Arturo Cañas se interesó por el balompié desde muy joven. La enseñanza más grande que le dejó el futbol fue convertirse en un hombre disciplinado y comprometido en los aspectos de su vida. Desde los 9 años, el pequeño Arturo les decía a sus padres que sería jugador profesional, y pese a que no lo tomaban en serio, con el paso de los años les demostró que su promesa era verdad. A los 16 se integró a la banca de Atlante y descubrió que el deporte era su vida. Para demostrar lo agradecido que estuvo tanto con la gente que lo apoyó, decidió ser un deportista que conviviera con sus seguidores, por lo tanto, nunca negó un autógrafo, así como una conversación, a diferencia de los jugadores actuales que se alejan de la afición. Por lo anterior, Arturo Cañas decidió compartir a los niños que un buen jugador es aquel que da muestras de afecto a quienes lo apoyaron en su desarrollo profesional. Ahora, mira con orgullo a sus pequeños alumnos portar los mismo colores del Puebla con los que él se coronó campeón.