Ahora sé lo que siente una señora recién parida: “El Zapata”

El relicario fue testigo de la dura cornada que recibió el matador Jaime OAXACA EL ZAPATAEstoy contento de estar vivo, porque la cornada de ayer fue muy fuerte. Interrumpe la entrevista Uriel, se escuchan murmullos, es una curación que se transmite al aire, nada común el acontecimiento. Perdón, es que me están canalizando, me están poniendo un nuevo suero y están pinchando en hueso, la aguja no entraba. El torero con mucho sentido del humor lo narraba con una voz, definitivamente, de alguien que está lesionado. Continúa el diestro. Los toreros cuando pinchan (al toro) dicen: es que se movió; las enfermeras están diciendo lo mismo: dicen que me moví; acaban de pinchar dos veces y cómo duele. Me siento afortunado porque la cornada de ayer pudo haber sido fatal, traigo un cornadón de caballo (por lo grande), dicen los doctores que gracias a un ángel que tengo (el cuerno del toro) no alcanzó a lastimar nada (de órganos vitales). Vivo mi vida muy intensamente, soy feliz y esto es parte de lo que escogí. Los toros dan alegrías, dan triunfo, dan dinero, pero también dan cornadas. Era mi actuación número 50 en Puebla, Fernando García Rascón lleva el dato de las actuaciones en El Relicario. El pitón entró por la ingle derecha, entraron 20 centímetros hacia el ombligo y otros 30 los metió hacia la costilla. Lo delicado es que mi vida estaba dependiendo de 3 milímetros, el cuerno pasó muy cerca de los vasos Iliacos, la Aorta que baja del corazón se bifurca hacia la Safena y la Femoral. Si eso sucede hubiéramos hablado de cosas trágicas no habría manera de taponear hacía donde iba la herida. Pudo haber lesionado, riñones, Páncreas… El diestro tlaxcalteca Uriel Moreno “El Zapata” resultó herido el pasado viernes en la noche en El Relicario, al colocar un par de banderillas, el toro “Príncipe” de Santa Fe del Campo le infirió una cornada; la cuarta en el coso angelopolitano. Son 10 centímetros de diámetro lo que tengo de abertura en la ingle, es un boquete impresionante, lo vi hace cuatro horas, lo más impresionante es que a través del agujero vi mi paquete intestinal, entiendo que eso fue en la tomografía. Se me bajaron los intestinos hacia la ingle, lo menos malos es que no me los tocó. El doctor Fernando Estrada y los demás galenos que intervinieron al torero, no salían del asombro de que fuera una cornada limpia. La cornada marcó mi vida, continúo el torero de 40 años de edad y 20 de alternativa, porque va a ser un parteaguas, fue una cornada muy dolorosa, esta es la número 15, uno aprende de su cuerpo, yo le decía al paramédico que no me tocara, que no presionara, que me dolía, que no era necesario que pusiera su mano en el boquete porque no sangraba. En la enfermería no me podía incorporar, ni doblar, no podían quitarme la casaca, no se imaginan lo que fue eso; los 10 minutos más largos de mi vida, sobre todo psicológicos, porque yo sabía que era una cornada trágica. Los médicos me abrieron 25 centímetros de piel del ombligo al esternón para explorar el cuerpo, rompieron los músculos abdominales. Ahora sé lo que siente un señora recién parida, exactamente es lo mismo, tengo partido el estómago. Remató. Todo esto te va dejando aprendizaje, lo que aprendí de esta cornada es que a las personas que amas hay que decírselos porque la vida se te puede ir en un segundo. El diestro hizo el esfuerzo y aun así tuvo la gentileza de agradecer a los entrevistadores: Luis Mariano Andalco, Álvaro Sánchez y Jaime Oaxaca. Asimismo lo hizo para todos los que han mostrado interés por su salud, por todos los medios. ¿De qué material están hechos los toreros?
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