Se queda Espíritu Maligno con la cabellera de Ares

En la lucha de cabellera contra cabellera, el ahora técnico se quedó con el honor de rapar a su máximo rival en este momento

Se queda Espíritu Maligno con la cabellera de Ares
Karen ROJAS | Espíritu Maligno salió con la cabellera de su oponente. Se queda Espíritu Maligno con la cabellera de Ares

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Con la Arena Puebla casi a reventar para presencia el ansiado duelo de cabelleras entre Ares contra Espíritu Maligno, este último logró someter al que una vez resultará su compañero de bando, previo a lo que serán los verdaderos festejos del 64 aniversario del templo de la lucha poblana, próximos a celebrarse a mediados de julio.

Las disputa preparada por un mes entre ambos rudos que una vez compartieron el mismo bando, terminaron con la ira retenida de Espíritu Maligno, quien en el centro de la lona se dio a respetar frente a Ares, con una arrastrada al poste, donde perdió los estribos el Dios de la Guerra, al intentar liberarse de su tortura.

El rudo no soportó ser sometido contra el palo, por lo que, luego de soportar constantes pisotones, se puso de pie, en búsqueda de una justa revancha que obtuvo en un intrépido salto que expulsó a ambos gladiadores a la orilla del encordonado, en el que Espíritu Maligno quedó tendido.

La recuperación para ambos talentos poblanos resultó lenta, pero al levantarse trasladaron las querellas a la lona, donde Espíritu Maligno cayó con un castigo al brazo, aplicado con tal determinación que el referí "Tirantes" se dio el gusto de alentar la cuenta regresiva, hasta que cantó el final del primer capítulo.

Para la segunda caída, con una renovada confianza del Dios de la Guerra, aprovechó para detener una patada con las manos, a la par que alardeaba frente a la gente que mantendría su melena, pero la provocación derivó en una poderosa liberación del ahora técnico.

Espíritu Maligno sintió la presión del que una vez fue su colega, pero con los ánimos resucitados tomó impulso de entre las lianas, para enviar de espaldas a Ares con una embestida de su antebrazo contra su rostro. El Dios de la Guerra resucitó de la herida, para igualar las condiciones.

Aunque Ares intentó revertir la situación, Espíritu Maligno retomó fuerzas con un salto desde el mástil contra la humanidad de Ares, que luego se transformó en una rosa que finalizó la mitad de las rivalidades. Tras un breve descanso, ambos gladiadores se prepararon para un disputado cierre.

El último segmento de la rivalidad entre ambos excompañeros arrancó con un intenso duelo mano a mano en el centro del cuadrilátero, donde la igualdad de poderes dejó en duda quién saldría victorioso, pero Espíritu Maligno se adelantó con una tapatía, de la cual Ares se liberó con una patada.

Las propuestas de Espíritu Maligno parecieron insuficientes ante la determinación del Dios de la Guerra, ya que las intimidaciones del técnico no le causaron temor para tomar vuelo y arrojarse en incontables ocasiones contra el cuerpo casi inerte de su adversario.

Espíritu Maligno aprovechó la primera distracción para esquivar el salto de Ares, permitiéndole ponerse en pie a terminar con las diferencias, a través de su clásica Alejandrina, lo que demostró que su superioridad no sólo se dio a través de las provocaciones pronunciadas en el micrófono de la Arena Puebla, sino con hechos.