Jaime Gustavo Flores, un poblano en el futbol de Europa

Por el amor al futbol, el originario de San Gabriel Chilac ha recorrido un largo camino al jugar y dirigir en varios equipos

Jaime Gustavo Flores, un poblano en el futbol de Europa
Karen ROJAS | El objetivo del poblano no cambia: jugar en primera división. Jaime Gustavo Flores, un poblano en el futbol de Europa

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Entre la industria textil y el campo en San Gabriel Chilac se forjaba desde la calle la historia de Jaime Gustavo Flores Martínez, mediocampista poblano que viajó por el país y Europa gracias a su amor al futbol, todo en busca de sus sueños y la esperanza de una vida mejor.

En entrevista con El Popular, diario imparcial de Puebla, el próximo mediocampista del CE Jenlai, equipo de segunda división en la liga de Andorra, recordó que, desde los cinco años, cuando tomó el balón entre sus manos y comenzó a jugar con otros niños que disfrutaban de una cascarita entre los campos aledaños a su hogar.

"En general creo que el pueblo tiene cosas que mejorar, pero la verdad es que nunca había sido un sueño enorme ser jugador; o sea, la ilusión era primero ser cantante y ya después se fueron dando las cosas en el futbol", recordó.

Recordó que antes de encaminar su vida al deporte, apostó sus esfuerzos a la música, lo que se mantiene como una de sus principales pasiones; antes de jugar a nivel profesional disfrutaba del rock, pero llegó primero la oportunidad de entrenar en equipos de tercera división.

Flores Martínez enfatizó que, pese a ser considerado desde sus primeras participaciones en tercera división como un buen elemento, lo que le ayudó a llegar tan lejos fue no dejar de disfrutar y divertirse con el juego, al vivir los partidos en distintas partes del país.

Desde 2002, dijo, inició su trayectoria en el Tehuacán FC, que significó la evolución de toda su trayectoria deportiva, pero su perspectiva cambió en 2004, cuando la cantera de Cruz Azul volteó a verlo como una buena opción para reforzarlo en el platel de la tercera división.

"Pienso que Cruz Azul me enseñó, principalmente, a prepararme, a que los sueños se pueden cumplir. Es muy difícil estar en ese club o en cualquier equipo, ahora imaginarlo en uno grande, es muy bonito y tienes enseñanzas de todo tipo", mencionó. 

Resaltó que uno de los principales retos que debió afrontar al momento de ser fichado por Cruz Azul fue la mudanza de San Gabriel Chilac a Ciudad de México, donde se sintió intimidado con todos los cambios que se presentaban en su vida, pero no se dejó vencer pues buscaba cumplir su meta de debutar.

"Es muy difícil sólo cambiar de ciudad y para mí todo era nuevo, porque eran cosas que en la región no se ven; o sea, la ciudad es enorme y se atraviesan muchas situaciones; en realidad, fue un pasaje muy difícil, al principio, porque no te acostumbras a la vida de la ciudad", explicó.

Después de Cruz Azul su vida se mantuvo en constantes viajes al interior del territorio nacional, al jugar con una filial de los desaparecidos Indios de Chihuahua, Chinarras de Aldama, así como iniciar una trayectoria en España, donde reforzó sus planes de crecimiento.

La llegada a España

Luego de participar en diversos equipos de divisiones inferiores al interior del país, en 2014 se le presentó su primera oportunidad de acudir a Barcelona a probarse, pero después un amigo le recomendó jugar en Andorra, proyecto que le causó incertidumbre, pues desconocía la estructura con la que jugaría.

Flores recordó que la incertidumbre se mantuvo en la pretemporada que realizó en Guadalajara, en la que participaron seis mexicanos, pero todo se aclaró de regreso de España, pues se encontró al CE Carroi, un pequeño plantel conformado por 13 mexicanos, de los cuales sólo jugaron 11 sin una banca en su debut en 2015.

La experiencia en Andorra le resultó motivante, ya que en el equipo se reprodujo la fórmula del éxito planteada por Chivas, pero en otro país; así, en las primeras seis jornadas, los mexicanos se adueñaron de la cancha, y Jaime continuó con su sueño de debutar en una Primera División del viejo continente.

"En la primera jornada marqué gol ese día. La verdad fue una gran experiencia, porque muchos medios nos voltearon a ver, porque éramos 11 mexicanos en Europa y eso no se ve más que en las Chivas y por ahí un equipo de España con 11 galos; o sea, es una gran hazaña, pues fue como representar a la selección", añadió.

Jaime tuvo oportunidades de perseguir su sueño; no obstante, en ese mismo año se modificaron los estatutos para la contratación de extranjeros en Europa y sus posibilidades se redujeron, por lo que regresó a México a entrenar en Chihuahua a un equipo de Tercera División.

Los planes del futuro

A sus 30 años de edad, Flores aún mantiene la ilusión de jugar, por lo que regresará este año a Andorra, esta vez con el Jenlai, para demostrar que el talento nacional se encuentra en un gran nivel, sea en la categoría que sea.

Para Jaime, su nueva etapa europea lo motiva a convertirse en uno de sus principales elementos, y candidato para tomar el gafete de capitán, a la para que en el futuro cercano buscará la oportunidad de volver como director técnico del conjunto español y seguir con su preparación como estratega.

"Creo que para cumplir este sueño, (lo importante) fue no perder la fe, pero la ventaja que tengo es que soy director técnico, obviamente nos ayuda en el medio, porque entre entrenadores nos conocemos, charlamos y hablamos de temas, como promotoría, y me dio esa ventaja", mencionó.

Además de sus metas como atleta, dijo, quiere reforzar su escuela deportiva Jimmy Soccer, la cual no está afiliada a ningún equipo profesional, pero le da la oportunidad a cualquier menor para potencializar sus habilidades a través de las habilidades que desarrolló tanto en México como en Europa.