Rubén Romano Rodríguez, un campeón surgido del Triángulo Rojo
Una dolorosa derrota llevó al de Tecamachalco hasta conquistar el título mundial de kickboxing en Francia; hoy comparte sus conocimientos
En medio de la inseguridad de Tecamachalco, municipio del Triángulo Rojo marcado por el robo de hidrocarburo, surgió el campeón mundial de kickboxing, Rubén Romano Rodríguez, a quien el deporte le ayudó a cambiar su vida y le permitió guiar a otros aspirantes del combate a nivel profesional. En entrevista con El Popular, diario imparcial de Puebla, el recién coronado como monarca mundial del kickboxing en Francia relató que sus metas profesionales surgieron hace más de cuatro años, cuando el dolor en el orgullo provocado por una derrota ante un amateur en la disciplina lo llevó a perfeccionarse. "En ese torneo se enfrentó kung fu contra kickboxing, en el que iba avanzado, pero me ponen a un chico que es novato de kickboxing y me acabó por dar una tunda, pero fea, por lo que me retiré por medio año de los entrenamientos, porque me pegó feo; entonces me decepcioné", mencionó. Recordó que su amor por los deportes de combate no fue una casualidad, ya que contó con otras experiencias previas en taekwondo, lucha libre y kung fu, por lo que al tener tantos conocimientos sostuvo un encuentro contra un peleador de kickboxing que le propició una paliza. Rubén se mantuvo fuera del deporte de alto rendimiento por un año, tiempo en el cual se recuperó de sus heridas físicas y emocionales, pero en el proceso creyó que era momento de perfeccionarse en la misma disciplina que lo tomó por sorpresa.
La decisión de involucrarse en el kickboxing, pese a ser una especie de revancha, también se derivó de la pasión que comenzó a sentir en sus enfrentamientos en su etapa amateur, lo que le dio la posibilidad de sobresalir. Durante su etapa de preparación, descubrió el motivo por el que no escaló a los grandes planos en otros deportes que practicó, ya que antes del kickboxing incursionó en la lucha libre, motivado por el linaje heredado de uno de sus tíos que se convirtió en un digno representante en los encordados poblanos. El monarca de la pelea supo después de un tiempo que no tenía la misma pasión por el pancracio, ya que le pareció más un espectáculo que una verdadera entrega de golpes; en cambio, cuando practicaba kickboxing sentía adrenalina en cada uno de sus movimientos. Después de una brillante carrera amateur, en la que demostró grandes aptitudes con títulos locales y en otras entidades del país, decidió que era momento de cambiar de rumbo e iniciarse en una verdadera carrera profesional, lo que lo llevaría a participar en peleas televisadas. Las peleas frente a la cámaraHace cuatro años, Rubén se aventuró a ir a la actual Ciudad de México, donde tenía el sueño de alcanzar el estrellato, por lo que enfrentó sacrificios para pagar sus entrenamientos y los viajes que le darían renombre; no obstante, exhibió una gran destreza que le permitió ser elegido en una transmisión internacional. "Nada más quería experimentar las peleas, el ver cómo eran, enfocarme más al fondo de las peleas, era sólo una experiencia, porque estuve peleando algunos años como amateur; entonces, nunca me imaginé pelear a nivel profesional, pero admiraba mucho ver pelear a los profesionales", añadió. Luego de mostrar sus habilidades de combate emprendió diversos viajes al interior del país, como a Chiapas, Chihuahua y, después, salió a conocer Europa, donde se encontró con los mejores talentos internacionales, pero nunca se intimidó, pues él buscaba ser el mejor. En sus más de cuatro años de trayectoria profesional, 2017 ha sido el mejor de toda su carrera, ya que el pasado 30 de junio derrotó al brasileño Amílcar da Fonseca en Toluca, Estado de México, con lo que se coronó con el Campeonato Mundial Intercontinental. Aunque Rubén tuvo grandes duelos que le ayudaron a escalar hasta el éxito, en enero de este año tuvo una lesión que podía dejarlo imposibilitado para participar, pero salió adelante y obtuvo la oportunidad de enfrentarse a nuevas pruebas para poner su nombre en los mejores sitios. El pasado 6 de agosto ocurrió uno de los momentos que atesoraría para el resto de su carrera, pues acudió a Francia a participar por el Campeonato Mundial de la especialidad, donde al erigirse como el máximo exponente, supo que este sería su año. Respecto a los planes futuros, reveló que tiene la oportunidad de visitar a Brasil a una revancha con los guerreros que buscan resarcir la derrota de junio pasado, además de una nueva visita a Europa; sin embargo, aclaró, no se alejará de Tecamachalco, donde enseña a jóvenes a disfrutar del Kickboxing. Altruismo a través del kickboxingAdemás de su afición al deporte, Rubén inició hace ocho años con el Instituto Romano, en el que da clases a jóvenes interesados en explotar sus habilidades o que quieren un cambio en su vida, pues ahí les enseña que no con violencia, sino con confianza y responsabilidad se pueden evadir malas decisiones. Rubén comentó que la escuela nació como una iniciativa con la que quería devolver un poco de lo que el deporte hizo en su vida y como una alternativa para que más niños logren las hazañas deportivas que él alcanzó. Precisó que cuenta con escuelas en Tecamachalco, La Carcaña y la capital poblana y que da clases gratuitas a niños de escasos recursos que requieran inspiración a través de su testimonio como un exitoso luchador que alcanzó sus metas. |