Contra todo y contra todos, Lobos jugó en primera

Otro de los inconvenientes que tuvo el equipo licántropo fue el de los derechos de transmisión con Televisa

Contra todo y contra todos, Lobos jugó en primera
Agencia Enfoque | Rafa Puente tomo la decisión de separar del plantel a Julián y Luis Quiñones y dar de baja a Palacios. Contra todo y contra todos, Lobos jugó en primera

Con la suspensión de jugadores indisciplinados, lesiones y escándalos fuera del terreno de juego, los Lobos de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) cerraron su primera participación dentro de la Primera División, convirtiéndose en uno de los equipos más sorpresivos de este año.

Sí bien la jauría universitaria cumplió en el Torneo de Apertura 2017 con su primer compromiso de superar las 20 unidades en el certamen, también se volvió una de las escuadras de toda la Primera División que atravesaron con más problemáticas, que fueron desde lo financiero hasta la baja de jugadores extranjeros.

Desde la pretemporada los Lobos atravesaron con sus primeros problemas, al enfrentarse a una disputa con Televisa, empresa que quería renovar sus derechos de transmisión que tuvieron desde la Liga de Ascenso, pero a la directiva de la jauría le pareció poco atractiva la oferta inicial.

La falta de acuerdos con la televisora, propiedad de Emilio Azcárraga Jean, hizo que la jauría tomará otras decisiones para suplir la ausencia de pago, por lo que el pasado 24 de agosto, tanto el patronato del equipo como su directiva, presentaron la "Lobo Aportación", con la que pedían a sus aficionados donar en sus alcancías.

El proyecto de "Lobo Aportación", ahora olvidado, consistió en ofrecer donaciones monetarias al equipo mediante depósitos bancarios o en sus alcancías, con las que existirían gratificaciones, que iban desde convivencias con el primer equipo hasta entradas a partidos de la temporada regular.

La polémica con el proyecto de recaudación surgió cuando en las redes sociales de los Lobos BUAP anunciaron los premios más costosos por donación, nombrándolos paquetes Platino y Oro, en los que consistían en donaciones tanto de 50 mil pesos como 100 mil pesos, por lo que a cambio recibirían los mejores distintivos.

En el caso del paquete Platino, que consistía en una donación de 50 mil pesos, recibirían una playera conmemorativa del equipo, dos accesos a entrenamientos del equipo para convivir con jugadores, dos pases transferibles para pruebas de futbol en los equipos sub 17 o sub 20 e información exclusiva, sin detallar de qué tipo.

Mientras que el paquete Oro, con un valor de 100 mil pesos en donaciones, contenía lo mismo que el Platino, pero también le agregaron dos credenciales de "Club Lobo Fundador", una placa personificada, dos boletos para juegos de local con asientos personificados, un lugar de estacionamiento y accesos a la cancha, previos al juego.

 Un arranque inesperado

Pese a que el inicio del torneo le resultó de lo más favorable a la jauría, el primer accidente llegó en la jornada dos, cuando Lucero Álvarez, guardameta lobezno, casi perdió el ojo en su visita por Querétaro, al recibir un rodillazo en el rostro que lo forzó a abandonar las canchas, hasta el cierre del certamen.

Con la ausencia de Álvarez en la portería de la manada, debió entrar en su lugar, de forma temporal, Francisco Canales, pero sólo disfrutó de la titularidad por seis partidos, hasta que llegó a relevarlo en la posición, Jorge Villalpando, arquero que un año antes declaró su retiro, tras su estancia en Jaguares de Chipas.

A la par que Lucero Álvarez se recuperaba de su lesión en el rostro, le llegó su primer escándalo a la jauría, derivado a que el pasado 6 de agosto se rumoreó que una noche antes Julián Quiñones, atacante universitario, sostuvo una riña con su homólogo, William Palacios, luego de encontrarse en estado de ebriedad.

Horas más tarde de comenzado el rumor, la directiva de la jauría decidió cortar su relación laboral con Palacios, mientras que Quiñones militó de forma temporal con las fuerzas básicas de la jauría, a la par que recibió una sanción interna, sin darse a conocer a los medios de comunicación de qué tipo.

Después de atravesar por su momento más polémico, los Lobos decidieron terminar su relación laboral con Luis Quiñones, atacante al que cesaron por diversas indisciplinas, sin detallar de qué tipo, pero ameritaron que fuese dado de baja a mitad de la campaña regular.

Los problemas no se detuvieron con la salida de Luis Quiñones, ya que el pasado 18 de septiembre Julián Quiñones, días previos a la baja de su compañero de Tigres, lo separaron del primer equipo, al volver a incurrir en indisciplinas, que lo regresaron a entrenar con las escuadras inferiores de la jauría.

Tras la sanción de Julián Quiñones, el equipo universitario volvió a un periodo de calma, hasta que en el partido de la jornada nueve contra Veracruz cometió un error que se convirtió en el ridículo de aquel fin de semana de septiembre, pues en su visita al puerto se equivocaron de uniforme, retrasándose el partido 15 minutos.

Un mes más tarde al error de uniformes contra los jarochos, la manada atravesó por otro problema en el terreno de juego, pero ahora en su casa, ya que jugarían el partido pendiente contra Xoloitzcuintles, pero un error en la corriente eléctrica provocó que se detuviera por casi una hora, a causa de la falta de alumbrado.

Poco después de su error de sistema contra los fronterizos, sucedió otro escándalo extra cancha para el plantel universitario, pues en su encuentro en el estadio "Olímpico Universitario" contra Cruz Azul, trascendió que tanto la pareja actual como la expesposa de Francisco Maza Rodríguez se pelearon en el estacionamiento.