Lluvia de premios en Val’Quirico

El pasado día 29, quinto sábado de febrero, se llevó a cabo la tradicional corrida de rejones en Val’Quirico.

Un titipuchal de premios concedió el juez de plaza en Val’Quirico; entiendo que la gente lo solicitaba ondeando los pañuelos que le regalaron al entrar a la plaza, pero el usía debe actuar con criterio. Un festejo que hubiera tenido como resultado una oreja para Emiliano Gamero, terminó en dos orejas para él y tres para Guillermo Hermoso de Mendoza.

El pasado día 29, quinto sábado de febrero, se llevó a cabo la tradicional corrida de rejones en Val’Quirico, población aledaña a Puebla ubicada en Natívitas, Tlaxcala, donde se colocó una plaza portátil con cupo para 4 mil 500 asistentes, que prácticamente llenaron las gradas.

También actuó el grupo de Forcados de Teziutlán, que hicieron cinco pegas, demostraron el valor que tienen, no saben claudicar. En el sexto toro, en el tercer intento de pega, fue lesionado el forcado de cara en turno, al parecer un pistón en la pierna se la lesionó. No quiso dar su nombre para no provocar incertidumbre en su familia.

Emiliano Gamero, quien luce bigote al Ponciano Díaz y viste a la usanza charra, mató el segundo de la tarde marcado con el número 55, que fue de la ganadería de Zacatepec, un toro bravo premiado con arrastre lento. Gamero estuvo acertado en los dos primeros tercios; el toro acometía ese es el ingrediente para provocar emoción. El rejón de muerte fue contrario y el juez otorgó una oreja, a mi entender la única que debió otorgarse en la corrida. Pegó el forcado Ricardo Aguilar al segundo intento.

El segundo de la tarde, para Zacatepec

Su segundo, quinto de la tarde, de Zacatepec, número 88, salió con muchas patas, tenía trapío. Emiliano clavó dos rejones de castigo, el segundo trasero; lastimaron al toro, que perdió fuerza. Su casta lo hacía embestir, pero el viaje era corto. Gamero lo paró con el exceso de castigo en el primer tercio. Clavó banderillas dando vueltas alrededor de Merequetengue, realizó suertes con sus cabalgaduras en la zona de tablas, quedaba cerca del público, que le festejaba todo lo que hacía, mientras el toro permanecía lejos de sus piruetas y desplantes. Dos pinchazos antes del rejón definitivo y aun así le dieron la oreja. Héctor Martínez realizó la pega al segundo intento; fue emocionante ver cómo se abrazaba del toro justo cuando éste le tiraba el derrote. El forcado aguantó.

Guillermo Hermoso de Mendoza se enfrentó al cuarto de la tarde, número 55 de Zacatepec, muy bien presentado, aunque Ramonero embestía, me pareció, con poca emotividad. Se vio bien el rejoneador español que utiliza la cuadra de Pablo Hermoso.

El chaval logró torear de costado sin que el toro le alcanzara la cabalgadura. Tiene la virtud de conectar pronto con la gente, al joven le gusta interactuar después de ejecutar alguna suerte; sin importar la ejecución y colocación de las banderillas, el público aplaude. Trasero el rejón de muerte, tarda en doblar el burel, el público se enfrió, ni siquiera hubo petición mayoritaria y el juez se tiró la puntada de conceder la oreja, que es fuertemente protestada.

Regalos excesivos

Guillermo Hermoso de Mendoza tuvo el mal gusto de impedir que actuaran los forcados, falta de respeto al público y ausencia de compañerismo.

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Al cierraplaza, de Juan Huerta, le faltó trapío. Lució el toreo de Guillermo nuevamente al clavar rejones, lo capté más relajado y como el toro embestía, el jinete toreó aceptablemente. Un pinchazo hondo con el rejón de muerte, el toro no cayó; se bajó de la montura a descabellar. Si una oreja era excesiva, imagine usted dos. Sucede que el festejo fue muy largo, como la gente estaba enfiestada aplaudió los regalos. La autoridad ordenó arrastre lento a los despojos del toro, francamente excesivo el premio.

Sensacional pega del forcado Luis Alfredo Tenorio, al primer intento; fue muy ovacionado.

Luis Pimentel falló con los rejones de muerte, escuchó dos avisos por toro. Me sorprendió que en ambos bureles, el peón de brega Juan Ramón Saldaña estuviera en el ruedo tocando al toro para que Luis clavara. El jinete huamantleco se enfrentó en primer lugar a uno de Juan Huerta que fue bueno, aunque la verdad sea dicha, le faltó un poco de trapío. El toro tuvo fuerza y Pimentel estuvo a la altura. Actuó Jesús Tejeda, un forcado delgado de baja estatura que es muy bueno en la suerte de pegar.

Su segundo fue Campero de Zacatepec, número 57, lidiado cuando el sol se había ocultado. Había sombras en el ruedo provocadas por la luz artificial. Luis volvió a lucir en los dos primeros tercios. Destacó un quite del sobresaliente Gustavo García El Solito, una saltillera muy ajustada, hubo dos chicos más que no identifiqué; también intervinieron brevemente. Fue una corrida de toros, los sobresalientes deberían tener alternativa, es mucho arriesgue incluir novilleros o becerristas. En este toro fue el percance del forcado.

El abre plaza Bastida

Abrió plaza Marco Bastida, quien aún no tiene alternativa. Se enfrentó a un novillo de Juan Huerta descastado, que hizo de los medios su querencia y que no embestía, sólo algunos arreones de vez en cuando. El jinete tuvo voluntad, pero fatal con el rejón de muerte y descabello, le sonaron los tres avisos. No hubo intervención de forcados.

Largo fue el festejo, que inició puntualmente a las 16 horas. Lamentable el percance del forcado y la manga ancha del juez de plaza a la hora de conceder los premios. La enhorabuena para la empresa Protauro que dirige Luis Rubén Hernández, que logró ligar por quinto año consecutivo la corrida de rejones.

Agencias | Val’Quirico

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