El serbio Novak
Djokovic destronó al español Rafael
Nadal en Roland Garros para clasificarse para su sexta final sobre la
arcilla parisiense, donde se medirá a un neófito, el griego Stefanos Tsitsipas, que optará a su
primer Grand Slam.
En un duelo épico, de una enorme intensidad, que acabó entrada la noche y con
un público reducido pero febril, autorizado a romper el toque de queda que
impera en el país, Djokovic logró, al fin, derrotar al español en plenitud de
sus facultades, privado de su
decimocuarto cetro en Roland Garros, de su vigésimo primer grande.
Nadal tendrá que esperar para superar al
suizo Roger Federer, con quien está empatado, tras sufrir su tercera
derrota en París en 108 duelos, probablemente la más dolorosa, 3-6, 6-3,
7-6(4), 6-2.
Nunca antes el español había perdido en
semifinales, nunca antes había caído contra un rival que le superó de forma
clara cuando parecía tener todos los elementos para volver a ganar.
El año en el que Roland Garros erigió una estatua a la gloria de Nadal, el español falló en penúltimo escalón,
sometido por un Djokovic que fue superior, digno del número 1 que luce, más
decisivo que hace un mes en la final de Roma donde venció el mallorquín.
Fue una final fantástica, por fases gloriosa, digna de dos de los mejores tenistas de todos los tiempos, ganada
por el serbio en buena lid, superior al español a quien le faltó un punto para
vencer y volver a la final.
Fue la tercera vez que mordía el polvo
de la Philippe Chatrier, el escenario de sus mayores glorias. Perdió en
2009 mermado físicamente contra el sueco Robin Soderling y en 2015 frente a
Djokovic lejos de su mejor momento. Esta vez perdió con todas las de la ley.
El serbio buscará su segundo cetro en
París para convertirse en el primer tenista que suma los cuatro grandes al
menos dos veces y para colocarse por vez primera en su carrera a uno de Nadal y
Federer.
A sus 34 años, uno menos que el español, Djokovic ha logrado, al fin, el sueño
que tanto persiguió, el que él mismo ha
definido como "el mayor reto del deporte".
"Ha sido probablemente el mejor
partido que he jugado en París. Si quería ganar a Rafa tenía que jugar mi
mejor tenis. Lo he hecho", dijo.
Con seis finales, Djokovic iguala con el
sueco Bjorn Borg como el segundo que más habrá jugado en París y totalizará
29 en Grand Slam, una más que Nadal, dos menos que Federer.
Fue su triunfo 80 en la arcilla de París, donde
es el segundo tenista que más tiene y el 309 en Grand Slam, solo superado
por los 365 de Federer.
Su rival será un griego de 22 años al
que ha ganado en 5 de los siete duelos anteriores, pero que afronta su
primera final en su mejor temporada, como el tenista que más partidos ha ganado
en lo que va de año, incluida la tierra batida.
Tsitsipas, quinta raqueta del mundo,
tuvo que batallar cinco sets frente al alemán Alexander Zverev, de 24 años y
sexto del ránking, que tras perder las dos primeras mangas puso al heleno al
límite y le obligó a ganarle en una quinta, 6-3, 6-3, 4-6, 4-6 y 6-3.
Tras tres semifinales perdidas, una
de ellas en Roland Garros, el griego logró subir un escalón en su victoria 39
del año, la 22 en tierra batida.
Con ese triunfo, se convierte en el
principal candidato de la nueva generación en condiciones de acabar con la
hegemonía de 15 años de Djokovic y Nadal.
Tsitipas, el finalista más joven en
París desde el Nadal de 2008, ha mostrado un gran nivel en el torneo, al
que llegó con su primer Masters mil bajo el brazo, el de Montecarlo.
"Esta es la primera etapa, pero
todavía no he terminado", afirmó el primer griego que jugará la final
de un grande. |