Los errores más comunes que debes evitar al apostar en línea

Apostar en línea puede ser emocionante, pero también puede llevar a cometer errores costosos. Aprende cómo evitar los errores más comunes en las apuestas deportivas en línea.

Apostar es uno de los pasatiempos preferidos por millones de usuarios alrededor del mundo. Sin embargo, en torno a la práctica giran una serie de equivocaciones que pueden comprometer el disfrute. El primero de ellos se evita eligiendo casas de apuestas deportivas confiables, ya que guarda relación con los fraudes.

En la actualidad, existen un sinnúmero de plataformas online que ofrecen el servicio, por desgracia, muchas de ellas terminan siendo una estafa. De esta forma, caer en la tentación de promociones es la forma más recurrente de terminar perdiendo dinero y nuestra tranquilidad.

Equivocaciones comunes en el mundo de las apuestas online

Obtener buenos resultados apostando va más allá de la suerte. Los verdaderos especialistas reconocen que, si bien se trata de una actividad considerada lúdica, no podemos olvidar que los conocimientos y habilidades son la clave del éxito.

Es así que sale a relucir la siguiente equivocación garrafal: apostar con el corazón. Los sentimientos y emociones no tienen cabida en la actividad. Dejarnos llevar por los impulsos o poner depositar toda la confianza en nuestro equipo favorito implica perder la objetividad.

Este consejo cobra mayor relevancia dentro de las apuestas deportivas, ya que es común flaquear frente a una racha ganadora o el fanatismo por un equipo. No debemos confundir el optimismo y el deseo de verlos ganar, con una oportunidad real.

Limitarse a las cuotas de las casas de apuestas

Quienes llevamos tiempo en la práctica sabemos que las probabilidades de ganar no siempre son las que muestran las cuotas de la casa. De esta forma, es un error pasar por alto una apuesta de valor, especialmente, cuando todo está a favor del éxito.

Otra barrera que suelen crear los apostadores novatos es apostar en un único mercado. Si bien resulta contraproducente hacer muchas apuestas en diferentes deportes, explorar y alternar entre distintas alternativas eleva las posibilidades de ganar.

Establecer objetivos surrealistas y no cobrar

Por lo general, la mayor parte de los jugadores establecen objetivos antes de comenzar a apostar. Si bien esto no parece un problema, es inadecuado plantearse metas inalcanzables pues cabe la posibilidad de terminar desmoralizados.

Además de ser racionales, conviene cobrar y sólo disfrutar del evento una vez que el equipo por el cual apostamos, se mantiene como ganador pero no rinde su mejor desempeño. Aunque es válido arriesgarse y mantener la esperanza de que el marcador se sostenga, no podemos olvidar que el cobro es una opción.

Dejarse influenciar y apostar al azar

Aun cuando los consejos y opiniones de los jugadores con experiencia son herramientas válidas, está mal sustentar las decisiones en lo que otros dicen, ya que no siempre tienen la razón.

En este sentido, lo más adecuado es escuchar y comparar la información obtenida con los conocimientos antes de elegir la apuesta.

Los principiantes también tienden a equivocarse en lo que respecta a creer que todo depende de la suerte. En efecto, el azar tiene importante participación en los resultados, sin embargo, el elemento de suerte queda neutralizado con la disponibilidad de estadísticas, información, tablas y datos en tiempo real.

Descuidar las cuotas

En general, los novatos suelen perder la oportunidad de acceder a las cuotas más rentables y obtener grandes beneficios, sólo por no detenerse a comparar las que ofrecen las diferentes casas de apuestas.

El mal hábito es generalmente acompañado de la ausencia de un registro que permita monitorear las ganancias y pérdidas, así como hacer un seguimiento al éxito alcanzado por los distintos deportes y mercados.

Regla de oro: la paciencia y disciplina son la base del exito

No nos cansamos de repetirlo, sin importar el tipo de juego o deporte, ganar es más que simple suerte. El apostador especializado tiene la capacidad de utilizar sus conocimientos, habilidades e intuición para pronosticar los resultados.

Es por ello que suele ser paciente, y espera una apuesta de valor en lugar de dejarse influenciar con los comentarios de terceros. Asimismo, entiende que nada es casualidad, las ganancias son el resultado de decisiones tomadas a partir de una visión general y profunda de todo el contexto.

Vivir de expectativas es el peor de los engaños

Ningún apostador consigue generar una fortuna de la noche a la mañana. Aun cuando las casas de apuestas incitan a apostar en múltiples eventos y arriesgar en grande, es erróneo asumir que nos volveremos millonarios en un par de semanas.

Aunque debemos estar al día con lo que sucede en el mercado en el que nos movemos, resulta contraproducente confiar demasiado en las tendencias y en las “fuentes”. En su mayoría, los denominados expertos buscan más presumir que compartir sus conocimientos, los consejos de esquina no siempre son los mejores.

Saber cuándo parar

La determinación no sólo es importante al momento de mantener la apuesta inicial después de establecer el pronóstico, también tiene especial relevancia a la hora de establecer límites aun sabiendo que las ganancias no siempre serán constantes.

Frente a una racha desfavorable, lo más aconsejable es el retiro y aguardar hasta que regrese el entusiasmo y la inspiración.

De esto surge otra equivocación imperdonable: dejar de lado al raciocinio y darle el poder a las emociones. Perder es algo inevitable en el mundo de las apuestas, por lo que debemos ser neutrales en lo que a los sentimientos se refiere.

Ya lo comentamos, los impulsos conducen a los errores. Para demostrarlo, tomemos el ejemplo de una apuesta donde invertimos tiempo en analizar las probabilidades y, aunque todo marcha como lo pronosticado, de un momento a otro cambian las cuotas de forma sustancial.

Ante este escenario, el jugador novato no dudará en tirar a la basura la tarea previa y apostar por otro equipo, una decisión que, la mayoría de las veces, termina generando pérdidas.

Apostar más de lo que podemos permitirnos y presumir

La forma directa de terminar sin crédito es apostar más del 3% de la banca total en un único evento. Incluso de cara al mejor pronóstico, siempre existe el riesgo de perder, por lo que vale más incrementar paulatinamente las ganancias, que acabar sin un centavo en la billetera.

Es normal querer celebrar los triunfos. Para hacerlo no hace falta burlarse de aquellos poco favorecidos. En el mundo del azar, a veces estamos arriba, y otras abajo, quejarnos durante una racha perdedora es igual de inadecuado que presumir, a fin de cuentas, las cosas pueden cambiar con extrema rapidez.

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