Sin necesidad de obtener una medalla, su presencia en aquella ceremonia quedó registrada como un momento clave en la historia del deporte femenil.
En 1932, Eugenia Escudero hizo historia al convertirse en la primera mujer mexicana en portar la bandera nacional en una ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos y Enriqueta Basilio, 36 años después, fue la primera en encender un pebetero. El 12 de octubre de 1968, “Queta” Basilio representó a las mujeres encendiendo no solo un pebetero olímpico por primera vez, sino la luz para un camino de equidad en el deporte. Hasta ese entonces, solo hombres habían tenido ese honor en la inauguración de las justas veraniegas. ![]()
Aquella tarde en el Estadio Universitario de México, Basilio subió 90 escalones para encender la llama que marcó el inicio de los primeros Juegos Olímpicos en Latinoamérica. Sin necesidad de obtener una medalla, su presencia en aquella ceremonia quedó registrada como un momento clave en la historia del deporte femenil. Eugenia Escudero, con su participación en la quinta edición, marcó un hito en la representación femenil dentro del olimpismo, en una época en la que la presencia de mujeres en el deporte aún era limitada.
Escudero abrió camino para futuras generaciones, demostrando que las mujeres podían desempeñar un papel relevante en competencias de alto nivel. Su imagen encabezando la delegación mexicana quedó como un referente en la historia del deporte mundial. |