INPI condena uso y explotación de la imagen de mujeres indígenas mexicanas por parte de la marca francesa Sézane
La firma francesa Sézane vistió con prendas de su nueva temporada a indígenas zapotecas y les pidió bailar para fotografiarlas.
Tras viralizarse en redes el video donde se puede ver como el equipo de la marca de ropa francesa Sézane le pide bailar a un grupo de mujeres zapotecas para fotografiarlas con las prendas de su nueva temporada, el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) consideró que “atenta” contra su dignidad y refuerza “estereotipos racistas“. A través de un comunicado, el INPI dijo que tiene conocimiento que el pasado sábado en el mercado de Teotitlán del Valle, en Oaxaca, la firma de ropa Sézane vistió con prendas de su nueva temporada a indígenas zapotecas y les pidió que bailaran para fotografiarlas y grabarlas. El hecho fue difundido por usuarios de redes sociales, quienes denunciaron que representantes de la firma se habían reído y burlado de las mujeres indígenas. Por lo anterior, el Instituto, con base en sus atribuciones, señaló que tomará cartas y dialogará con las autoridades de Teotitlán y las personas agraviadas para emprender un recurso jurídico, de conformidad con la ley, ya que “estas acciones atentan contra la dignidad de los pueblos y comunidades y refuerzan estereotipos racistas sobre la cultura y las tradiciones indígenas”. Te puede interesar: El racismo que Puebla no quiere ver El INPI recordó que el artículo 2 de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas señala que “los pueblos y las personas indígenas son libres e iguales a todos los demás pueblos y personas y tienen derecho a no ser objeto de ningún tipo de discriminación en el ejercicio de sus derechos, en particular la fundada en su origen o identidad indígenas”. Asimismo, el artículo 21 de la Ley Federal de Protección del Patrimonio Cultural de los Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas destaca que los pueblos y comunidades podrán solicitar la intervención de la autoridad competente. Esto cuando se considere que, a partir del uso de los elementos del patrimonio cultural, “se hayan realizado actos que atenten o afecten la dignidad e integridad cultural de los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas, sin detrimento de las sanciones por daño moral o discriminación a que haya lugar”. Finalmente, el INPI hizo un enérgico llamado a las marcas y empresas privadas, a que “cesen de explotar a los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas como capital cultural”, pues no son objetos de indumentaria, sino sujetos de derecho público poseedores de un vasto patrimonio cultural y conocimientos tradicionales. En los últimos años, el Gobierno mexicano ha dirigido cartas a distintas empresas de ropa en las cuales se pronuncia contra la apropiación cultural indebida en diseños textiles de varias comunidades del estado de Oaxaca. Además ha invitado a las marcas a desarrollar un trabajo respetuoso con las comunidades indígenas, dentro de un marco ético que no socave la identidad y la economía de los pueblos y siempre en apego a un comercio justo, que coloque en un plano de igualdad a creadores indígenas, empresarios y diseñadores.
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