Esta semana, el Tribunal Constitucional de Kuwait, un país árabe situado en Asia Occidental, anuló el artículo 198 del Código Penal que consideraba ilegal lo que se define como "imitación del sexo opuesto" y que atentaba contra los derechos de las personas transgénero del país.

Esta ley permitía a las autoridades detener, arrestar y enjuiciar a las personas cuya apariencia no coincidiera con el género marcado en su tarjeta de identificación. La pena máxima podía consistir en dos años de cárcel y multas de hasta 3 mil 300 dólares.

Tras semanas de deliberación y años de campañas promovidas por activistas de los Derechos Humanos, la medida se ha declarado anticonstitucional por atentar contra la libertad individual de cada ciudadano.

Kuwait se caracteriza por mantener una política conservadora, ya que las relaciones homosexuales son castigadas con hasta siete años de prisión.

Por ello, Amnistía Internacional ha celebrado con satisfacción la derogación de este artículo y la considera "un gran avance" para los derechos de las personas transgénero en la zona.

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Leyes similares criminalizan las expresiones transgénero en toda la Península Arábiga, región profundamente conservadora. En la mayor parte del mundo árabe, gays, lesbianas y transexuales se enfrentan a la discriminación legal y social y a otros obstáculos que les impiden vivir sus vidas de forma normal y mostrarse en público tal y como son.

En esta línea, uno de los casos más sonados es el de la ciudadana kuwaití Maha Al Mutairi, quien fue arrestada y condenada a dos años de prisión por ser una mujer transexual. A día de hoy, Al Mutairi continúa detenida en la Prisión Central de Kuwait para hombres.

Mientras tanto, los legisladores islamistas conservadores kuwaitíes han definido la decisión de la corte como "vergonzosa" y prometen combatirla.