Por primera vez Bruselas, sede de la Unión Europea, activará la norma ilimitada de acogida de refugiados, en el contexto de la actual invasión militar a Ucrania. Agencias de las Naciones Unidas estiman que la cifra final de refugiados podría alcanzar los cuatro millones si se alarga el ataque ruso, situación probable aún con el alto al fuego pactado en las mesas de negociaciones.

La activación de la norma de acogida sorprende, pues esta nunca se había activado a pesar de los miles de refugiados de la cruenta guerra en Siria en los últimos años o de los miles de migrantes muertos en naufragios en el mar mediterráneo. Esta contradicción contradicción apunta a la categorización de refugiados de “primera clase” y de “segunda”.

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Tan solo el año pasado, se contabilizaron más de 4 mil muertes en el mar mediterráneo, sin embargo, la mayoría provenía de África y no eran “rubios y de ojos azules”, condición aparentemente necesaria para disfrutar de más derechos en la “Europa civilizada”.

Esto se puede notar en las imágenes de personas afrodescendientes a las que no les dejan salir de Ucrania y siendo tratados como seres sin derechos por las autoridades del país, simplemente por su color de piel.

Cabe destacar que numerosos medios de comunicación, occidentales en su mayoría, están alimentando este sesgo racista en sus contenidos. Por ejemplo, Charly D’agata, corresponsal de la cadena CBS, que declaró en vivo “esto no es Irak o Afganistán. Son relativamente civilizados y relativamente ciudades europeas”. O el caso de un fiscal ucraniano,D. Sakvarelidze, para BBC que declaró “es muy emotivo para mí, porque veo gente europea de ojos azules y pelo rubio que está siendo asesinada”, o en el canal Al-Jazeera, donde apuntaron que “se trata de gente próspera de clase media. Obviamente no son refugiados tratando de huir de Medio Oriente o el Norte de África. Se parece a cualquier familia europea que podría vivir en la puerta de al lado de tu casa”.

Estas declaraciones quitan importancia a los muertos de otras partes del mundo. Así podemos seguir encontrándonos declaraciones racistas y clasistas que sólo muestran compasión y solidaridad cuando las víctimas son blancas y de ojos claros:

“Lo impensable ha sucedido, esto no está desarrollándose en un país del tercer mundo, esto es Europa”. - ITV News

“Esto es una cuestión importante. No hablamos de refugiados sirios huyendo, estamos hablando de europeos”. – BFM TV

“No son refugiados de Siria, son de Ucrania. Son cristianos, son blancos. Son muy parecidos a nosotros”. – Kelly Cobiella, de NBC.

Todas las vidas importan. Esto debería ser una importante lección. Un refugiado, venga de donde venga, esté huyendo de una guerra, del hambre o de la discriminación, es un ser humano que tiene sus derechos igual que cualquier otro.

Es momento de señalar el racismo y reclamemos solidaridad con el pueblo ucraniano igual que con todos los pueblos que sufren la guerra actualmente.

 

 

 

 

 

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