Laura se defendió de su agresor y lleva 10 años en la cárcel; piden indulto

Durante 10 años Laura fue víctima de violencia doméstica, física, sexual y psicológica en el municipio de Tehuacán

Laura se defendió de su agresor y lleva 10 años en la cárcel; piden indulto
Imagen: I.A. Laura se defendió de su agresor y lleva 10 años en la cárcel; piden indulto

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Memorias del Crimen

Todo empezó en los juegos mecánicos del municipio de Tlachichuca, lugar en donde Laura conoció a Rafael, el hombre que después le cortó las alas, le quitó su libertad y frustró 20 años de su vida, aún después de muerto, pues cuando Laura pudo defenderse de su abusador, él terminó muerto y ella encarcelada por más de una década.

Ahora, Laura González Vázquez podría recibir un indulto por exceso de legítima defensa contra su agresor, pero su caso se ha invisibilizado y su familia pide que se vuelva a abrir su Carpeta de Investigación para revisar el caso a una nueva luz con perspectiva de género. 

Mientras son escuchadas por las autoridades, Laura permanece recluida en el penal de Tehuacán, donde sobrevive alejada de su familia.

Durante 10 años Laura fue víctima de violencia doméstica, física, sexual y psicológica en el municipio de Tehuacán. Su esposo la obligó a prostituirse y la amenazaba utilizando los dos hijos que tuvo con ella. 

De una prisión a otra… 

A su hija menor, en ese entonces de siete años, la utilizaba para amenazar a su madre diciéndole que la iba a vender para prostituirla con unos amigos si Laura no le cumplía con la orden de llevarle 500 pesos a la semana.

Un día, Laura solo logró juntar 300 pesos. 

Entre golpes, insultos, azotes al piso, y jalones de cabello, Rafael le exigía a Laura 200  pesos; el abuso verbal y las amenazas terminaron con una pistola y una navaja en la mano de Rafael. En un acto de supervivencia, en un abrir y cerrar de ojos, Laura apuñaló a su agresor. 

En shock, Laura sólo pudo llamar a quien era su vecina para que pidiera una ambulancia pero la vecina llamó a la policía en su lugar.

Al llegar a su domicilio, los uniformados encontraron a Laura de rodillas junto a su esposo y sin preguntar la detuvieron en flagrancia por homicidio doloso.

Era 2011 y aún no se hablaba del exceso en legítima defensa. Fue en 2016 que se hizo la última modificación al Artículo 16 del Código Penal Federal para definir el concepto: 

“En los casos de exceso de legítima defensa o exceso en cualquier otra causa de justificación se impondrá la cuarta parte de la sanción correspondiente al delito de que se trate, quedando subsistente la imputación a título doloso”.

Presa en Tehuacán desde hace 11 años

Luego de detener a Laura la movilizaron a una casa de arraigo en Tehuacán vestida tan solo con una bermuda y una blusa delgada, sin chamarra ni zapatos.

Le dejaron ver a su mamá Emma Vázquez por escasos minutos. Al siguiente día Laura fue trasladada al Cereso de San Miguel en Puebla y aunque sus familiares intentaron alcanzarla, ya no pudieron verla.

Laura estaba incomunicada y sin saber qué hacer, aún en shock. La policía ministerial la encerró en un cuarto y con violencia la obligaron a confesar lo que había sucedido sin un abogado presente.

Entre el shock y las agresiones, Laura declaró que había matado a Rafael, la firmó y la carpeta de investigación se abrió bajo el delito de homicidio doloso. No solamente no la dejaron ampararse, si no que la juzgaron sin una perspectiva de género.

Ni los policías, ni la Fiscalía General del Estado, ni los jueces del Tribunal Superior de Justicia, ni abogados se detuvieron a pensar todo lo que Laura había vivido bajo el techo con Rafael. Un lugar en el que Laura tenía que dormir en el piso. Un lugar en donde no tenía dignidad y la tristeza le arrebataba la vida.

Sentencia de 20 años, lleva la mitad

Laura recibió una sentencia condenatoria por 20 años y ocho meses de prisión, de los cuales ya han pasado 12 años. 

En prisión Laura ha intentado quitarse la vida varias ocasiones, diciéndole a su madre que no puede más y que quiere dejar de ser un problema para ella. Lo que para Laura representa un conflicto, para su madre representa una esperanza.

Emma Vázquez lleva 12 años buscando sacar a su hija de la cárcel. La violencia institucional y las continuas negativas la mantienen con los pies sobre la tierra, pero la mantiene viva pensar que verá a su hija en libertad.

La deuda de justicia es de las autoridades, pues en el proceso legal, el caso de Laura sí cambió formalmente el delito que se le imputa, de homicidio doloso a uso excesivo de legítima defensa. Bajo ese delito la condena sería de nueve años y Laura ya cumplió ese tiempo e incluso tres años más. Laura ya debería estar libre.

Cabe recordar que en febrero de este año, el diputado Carlos Evangelista presentó una iniciativa con la finalidad de dar a las mujeres como Laura protección en caso de actuar en legítima defensa, sin embargo, la iniciativa aún no llega al pleno y Laura no debería esperar más en la cárcel.

La iniciativa pretende hacer modificaciones a los artículos 26 y 27 del Código Penal de Puebla, para cambiar la forma de entender la legítima defensa y considerar otros factores en los casos particularmente de mujeres que hicieron excesivo uso de la legítima defensa.