Lunes 01 Diciembre 2025

En una pequeña oficina, frascos de medicamentos antirretrovirales —Truvada, Isentress y otros tratamientos utilizados para el control del VIH— sostienen ahora plantas que nacen desde dentro de los envases, tréboles en su mayoría. La escena funciona como metáfora visual y como la resignificación del diagnóstico desde la vida, la creación y la comunidad.

Para el artista visual Alberto Pérez, fundador de CEPA, este proyecto es una posibilidad de narrar el virus desde un lenguaje distinto, anclado en la comunidad, la resistencia y el arte. CEPA nació en 2022 como el primer espacio en la entidad dedicado a personas seropositivas, definido como la primera aula autogestiva de conocimiento comunitario enfocada en generar diálogos entre pares sobre virus, cuerpo —o cuerpx, desde su reivindicación del lenguaje— y salud.

Beto Pérez, fundador del colectivo Cepa. 

El nombre ‘CEPA’ se entiende como un juego de palabras que reclama, desde el humor y la apropiación de metáforas, la idea de conformar “una cepa” que comparte el mismo virus.

Este noviembre, el colectivo celebra su tercer aniversario, consolidándose como una red plural construida desde y para la diversidad. Entre quienes participan activamente hay mujeres seropositivas en contextos de violencia doméstica, jóvenes con diagnósticos recientes que buscan acompañamiento, así como personas de la diversidad sexual, cuya experiencia resiliente tras años de exclusión ha sido un soporte para otras y otros asistentes.

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Con un enfoque basado en la pedagogía afectiva, CEPA fortalece vínculos que trascienden lo local y al día de hoy, cuenta con respaldo de una comunidad artística internacional, contribuye a la memoria activa del sida, genera registros consultables, y abre caminos de diálogo en los que el conocimiento surge como un modelo de intercambio entre pares.

Los programas de CEPA están conectados en varios ejes que dialogan entre sí. El programa Aula organiza encuentros frecuentes de intercambio de saberes, conversaciones sobre salud, autocuidado y la historia del sida en México y el mundo, además de PICNICPOZ, convivencias en espacios naturales de Tlaxcala para fortalecer redes de escucha y cuidado.

CEPA, el Primer Espacio Autogestivo para Personas Seropositivas en Tlaxcala, Celebra 3 Años de Resistencia y Comunidad

Por su parte, Reservorio Latente impulsa la memoria activa del VIH y el sida en el estado, mediante un blog, intervenciones artísticas y la creación del primer archivo crítico sobre el tema en Tlaxcala, que preserva registros artísticos y materiales de consulta.

Finalmente, Persiguiendo Metáforas, ciclo formativo de cinco meses, explora la escritura como herramienta para cuestionar narrativas dominantes del diagnóstico, abrir la palabra propia y contribuir a la memoria local desde voces seropositivas situadas en la reflexión, la creación y la resistencia.

Para su tercer aniversario, CEPA abrirá un espacio de celebración y encuentro entre personas seropositivas el próximo jueves en sus instalaciones, ubicadas en la calle Arquitectos de Loma Bonita, Tlaxcala, donde la comunidad compartirá sus vivencias y memoria dentro de este espacio.