Pide al tiempo que regrese… ¡tu cabello! [LA SUERTE DE LOS FEOS]

 **La calvicie es uno de los grandes asuntos por resolver en nuestra gran ciencia de la salud. No es imposible pero sí muy complicado. Hugo TORRES PENSABA EN estos días sobre la calvicie y sus diferentes asuntos relacionados. Es un rollo bien importante por muchos aspectos. En primer lugar debemos dejar claro que la calvicie no es un exclusiva de los hombres, también las mujeres pueden presentar ciertos niveles de calvicie, lo que sucede es que es mucho menos común y esto se debe a que en algún momento de la madurez masculina ciertas hormonas que impulsaron el desarrollo del varón, optan por ordenar al cuerpo que clausure los poros secretores de cabello y eso causa que cuando se cae el pelo, el folículo se seque y ya no permita el crecimiento del cabello. En ese sentido las damas no tendrán dicho problema, las salva la falta de hormonas masculinas que les jueguen este sucio juego de acartonar los folículos. En fin, esa es una causa natural que determina que los hombres seamos más propensos a mostrar el lustre, como dirían en mi barrio natal. Si todo fuera tan fácil como saber despedirse del cabello, organizar un velorio y ya, seguir viviendo como dicta la tradición pagana, qué sencillo sería. Pero no, los problemas que trae consigo la calvicie, tanto en hombres como en mujeres, van un poco más allá. La calvicie ha sido históricamente asociada, en términos de imagen y de simbolismos, a ciertos personajes de la historia de no muy buena reputación. Pensemos en un malvado villano de cuento, en muchos casos será pelón o de muy poco pelo; en un loco desquiciado de manicomio del siglo XIX, el verdugo del hacha gigantesca, un científico loco que quiere terminar con el mundo todos pelones; ¿el villano del circo quién es? Pues el hombre musculoso de gran bigote y… pelón; y así podemos citar miles de ejemplos. Hay alguna encuesta que leí hace años sobre las percepciones del miedo en la gente, buen porcentaje de la población en general de nuestro país le teme, en primer lugar, a un hombre sin cabello, por encima de otros personajes que podrían ser claramente más violentos a la vista. La calvicie asusta a la gente y obviamente muchos de los hombres que la padecen no quieren andar por la vida inspirando miedo. En el caso de las damas sucede un poco lo mismo. El cabello largo y abundante es sinónimo de vitalidad, salud y belleza para muchas culturas occidentales tradicionales. Es así que las brujas de cuentos carecen de cabello, la loca de la historia, la enferma mental y, por desgracia, a últimas fechas se ha etiquetado también a las mujeres sin cabello como enfermas terminales de alguna enfermedad crónico degenerativa. El asunto es que son muy pocos los casos en que una persona sin cabello dignifica a nuestra raza humana, a menos que tenga que ver con una figura religiosa, a través de los medios de comunicación o las películas taquilleras. Y eso ha construido una imagen repelente de las personas que carecen de cabello. Lamentable. Recuerden que el cabello es una fibra que nuestro cuerpo genera, en primera instancia, como sistema protector de nuestro organismo. Nosotros le hemos dado otro significado cultural a sus formas, cantidad, color y decoración. La calvicie entonces debería ser algo con lo que podamos vivir sin problema alguno, desde luego en estas épocas de altas radiaciones solares, con un buen sombrero. ¡Saludos a todos mis amigos pelones que son un titipuchal! Escríbanme a [email protected]
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