Tras haber invitado a la comunidad poblana a partir la tradicional rosca de reyes, el Museo Amparo abrió sus puertas para recibir un estimado de 400 invitados, entre los cuales se encontraban los queridísimos Reyes Magos.

La tradición cobró vida al partir la rosca de 18 metros de largo donde se escondía sólo un muñeco, ya que al afortunado que lo encontrara, le sería asignado durante un año, el niño Dios del museo con la única condición de regresarlo en el mes de diciembre.

A través de su cuenta de Twitter, el museo felicitó al nuevo padrino "¡Felicidades Gilberto! Él será el padrino del niño Dios del Museo Amparo durante el 2017".

La terraza del inmueble recibió a diversos artistas infantiles y a un coro de villancicos que amenizaron la velada. Los pequeños asistentes tomaron parte cuando se rompieron las piñatas y no faltó la convivencia entre las familias que asistieron.