El creador Richard James buscaba con su idea crear un resorte de acero que ayudara a estabilizar los barcos en mareas fuertes en 1943, accidentalmente uno de ellos y comenzó a moverse de una forma muy peculiar. Al notar esto, James tuvo una espectacular idea, por lo que inmediatamente él y su esposa se dedicaron a realizar varias pruebas y observaron cómo caía al suelo, pues era capaz de bajar escaleras y fue así como a Betty James se le ocurrió otorgarle el nombre de Slinky, que significa ondulante. El matrimonio creyó fielmente en su proyecto y tomaron la decisión de fabricar más de 400 piezas para hacer una fuerte venta en una tienda, increíblemente en menos de 90 minutos se vendieron todas sus creaciones, con un costo de 1 dólar. La creación se volvió todo un éxito al poco tiempo, logrando hacer alrededor de 300 millones de dólares durante el primer año de producción. De una casualidad, nació una increíble idea.
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