Gus Santos convierte el makeup en arte

A la edad de 26 años, Gus sentía un gusto por el estilismo

Encontrar tus verdaderos sueños y pasiones no siempre resulta ser tan fácil, siempre existirán las limitantes como el qué dirán y la confianza que tengas en ti mismo, pero para Gus Santos no existieron obstáculos ni pretextos para encontrar su amor por su verdadera vocación; ser maquillista profesional.

A la edad de 26 años, Gus sentía un gusto por el estilismo, al meterse a un curso de cortes de cabello se dio cuenta de que su verdadera pasión estaba dirigida hacia el color, "cuando probé por primera vez esta profesión me di cuenta de lo que quería hacer por el resto de mi vida", aseguró.

El maquillista profesional, considera que siempre debió dedicarse a la pintura o las artes plásticas, pero al atravesársele el maquillaje decidió ir con todo y comenzar a estudiar en lo que sería su máximo en la vida.

Decisión que hace la diferencia

Al inscribirse a una escuela de maquillaje, comenzó a involucrarse cada vez más en el mundo del color, por lo que pudo entrar a trabajar a una marca reconocida en la cual adquirió mayor experiencia durante 4 años.

Debido a su hambre de crecer y continuar expandiendo su vocación, intentó crecer en la empresa pero no se lo permitieron, por lo que Gus tuvo que tomar un rumbo totalmente desconocido y arriesgado.

Santos decidió dar un gran paso hacia la aventura e irse a probar suerte a Hong Kong, pero para lograrlo no fue nada fácil, comentó que tuvo que vender su coche e incluso pedir un préstamo para llegar hasta allá.

"Cuando me fui las cosas cambiaron, mi imagen ante las personas dio un giro, comencé maquillando en lo que se pudiera, pero sin duda si sales de tu rancho te ven diferente, en otro nivel", confesó.

Estando allá, logró trabajar con grandes fotógrafos y personas que lo ayudaron a mejorar sus técnicas y a crecer en lo profesional, al regresar sus logros apenas estaban por comenzar.

Seguir un sueño; una tarea difícil

Siendo tan determinante y soñador, Gus nunca se dio por vencido, para sus padres y hermanos en un principio fue raro pero nunca criticado, "mis demás familiares pensaron que se me había volteado la tortilla, creían que había salido del clóset, al principio me hacían burla e incluso me molestaba que pensaran que era gay, pero ahora sólo se me hace divertido", aseguró sonriendo.

No sólo fue difícil posicionarse en uno de los mejores en la profesión, sino que su determinación y seguridad tuvieron que ser más fuertes que las críticas y comentarios ofensivos o burlones para salir adelante y continuar confiando en su pasión.

El lienzo de Gus Santos

Para el maquillista es esencial pensar en las historias detrás de cada mujer al momento de plasmar el makeup en los rostros. "Me gusta interpretar las historias, en caso de pasarelas la inspiración del diseñador o de la marca".

Cuando lo buscan para bodas, siempre se hace una breve historia de su vida analizando de pies a cabeza a la persona para crear un lookacertado y de acuerdo a ella, "es como hacer un traje a la medida, trato de ponerme en sus zapatos, investigo y observo", explicó.

Aunque se trate de eventos sociales o pasarelas, Gus comentó que nunca maquilla a todas igual, para mí es realizar una obra única, en cada clienta, proyecto o pasarela siempre se da a la tarea de investigar el origen de todo y lo analiza.

En la actualidad, el equipo de Santos cuenta con el mayor número de pasarelas en comparación con otros, su principal característica es su encanto por maquillar a modelos en desfiles, además de que sus alumnas puedan vivir la experiencia de estar en ese momento.

Formación de maquillistas

Además de dar vida a los rostros de cientos de mujeres, Gus Santos cuenta con una escuela, la cual le permite transmitir su pasión y amor por esta noble profesión, al día de hoy cuenta con 4 años formando a nuevos maquillistas.

Su principal misión, es promover la honestidad y la ética en un medio lleno de gente difícil y presumida, le interesa que sus alumnas saquen inspiración de sus clientes y no sólo se dediquen a copiar lo que ven en las redes.

Entrar al espacio destinado para su escuela y trabajo, es como encontrarte en un backstage, característica que siempre ha querido conservar en su escuela, pues para él, sus estudiantes son el centro de todo el show y puedan observar lo que ocurre de reojo en cada estación establecida y vivir al máximo la experiencia.

Visiones a futuro

Su idea en algunos años es replicar en otros estados su forma de ver el maquillaje, además de lograr ser él y su equipo patrocinadores de alguna importante pasarela de modas.

"Me gusta la idea de ver esto como una expresión artística, que la gente deje de imitar lo que hacen otros maquillistas famosos y se esforzaran más en investigar a sus clientas y hacer cosas originales, hacer obras de arte en caras", comentó.

Gus Santos se considera un gran soñador, romántico, sensible y muy sentimental, hecho que se ha agudizado al trabajar en su mayoría con mujeres, el convertirse en un hombre sensible ha desarrollado su parte psicológica, de ahí el éxito de su trabajo.

Una lección de vida

El hecho de irse sin nada al otro lado del mundo, fue una etapa crucial para el maquillista profesional, probarse a sí mismo que era capaz de trabajar con europeos y chinos fue todo un reto.

Convencerlos de que su trabajo valía la pena de ver y reconocer, fue para él su mayor logro, pues gracias a eso su imagen y crecimiento profesional fueron posibles, para destacar en esta difícil industria tuvo que atreverse a hacer algo que no todos tiene la oportunidad de hacer o tienen las agallas para realizarlo.

Por tanto, el éxito de impartir clases se da por lo mismo, siendo una inspiración y saber cómo transmitir su gusto y pasión por mi trabajo, "mi misión es inspirarlas, contagiarles ese gusto y que es posible hacer carreras exitosas".

 

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