ARTIXU: Emprendedores con conciencia social
Los bolsos de ARTIXU vienen en distintos modelos y tamaños, con cierre o broche, asa larga, mango de madera y hasta portalaptops.
Viridiana Saavedra, de 29 años, y Ricardo Mendoza, de 39, fundaron ARTIXU hace cuatro años para comercializar bolsas artesanales de plástico reciclado, elaboradas a mano por internos de cuatro centros penitenciarios del Estado de Jalisco y textiles tradicionales bordados a mano elaborados por tres comunidades del estado de Puebla. Todo empezó porque el hermano de Ricardo estuvo un tiempo recluido en el penal de Puente Grande, en Jalisco y ahí conocieron el trabajo que hacen los internos a través de los diferentes talleres. Compraron algunas bolsas y decidieron venderlas; y de ese modo, al ir aumentando la demanda de los productos que ofrecían, poco a poco fueron creciendo. La empresa no nació originalmente con un sentido social, pero fue algo que descubrieron en el camino. A partir de que empezaron a trabajar con los reclusos, supieron, por estudios del INEGI, que al menos el 70% de los internos tienen dependientes económicos al momento de su detención, por lo que tienen una necesidad de ayudar a sus familias. De ese modo, el trabajo que hacen al proveer los bolsos, además de ayudarlos a tener un ingreso con el que puedan cubrir sus necesidades básicas en el centro penitenciario, también pueden apoyar a sus familias. Asimismo, consideran que también es una forma de empoderarlos y hacerlos sentir útiles a través de los talleres, pues el tiempo que invierten en estas actividades les puede ayudar a reducir su condena y servirles como terapia ocupacional. "Realmente todo se ha dado de una manera espontánea. La transformación de ser solamente un negocio a convertirse en un negocio con sentido social." Todo empezó a través de las redes sociales y hoy en día son una especie de híbrido entre una tienda física y virtual. El contacto con los clientes es principalmente a través de facebook y whatsapp. Entre sus principales logros, se encuentra haber sido seleccionados este año como una de las 30 promesas Forbes; también haber sido considerados por Momentum, un programa de Bancomer en el que seleccionan a emprendedores y les dan talleres para mejorar el desempeño de su empresa. Y actualmente están trabajando con Endeavor. Además de los reconocimientos de las instancias que se interesan en empresas como esta, sus grandes satisfacciones vienen de la gente que los hace ver la dimensión del impacto de lo que hacen y ver que el crecimiento de las personas que integran el equipo ha sido de una manera muy orgánica, tanto los que trabajan aquí en Puebla como en Guadalajara. Una de las cosas más difíciles en su trayectoria como emprendedores, ha sido insistir en algunas cosas, seguir con el plan, con la empresa. Pero hay cosas que motivan, porque ya hay tantas personas que dependen de lo que han construido, que a estas alturas ya no les resulta tan fácil darse por vencidos, entonces siempre buscan seguir creciendo. Algo en lo que hacen énfasis, es que el hecho de que la empresa tenga un sentido social no quiere decir que no sea rentable, porque si no hubiera ganancias, no se podría dar esa ayuda. Y es por esa razón que sienten una gran responsabilidad de haber llegado a este punto. En algún momento les gustaría tener más puntos de venta a lo largo del país, pero también llegar a otros países y aumentar su impacto a través del trabajo con más comunidades. A los jóvenes que deseen emprender, les recomiendan que pierdan el miedo y no lo piensen tanto; pero sobre todo, que sean persistentes porque no todo es éxito desde el principio. |