Ser ama de casa es aportar a la sociedad

La participación de trabajos del hogar sigue siendo en mayor proporción labor de mujeres, es decir, el cuidado de los niños, los adultos mayores y las personas enfermas, además de los quehaceres domésticos, recaen casi en su totalidad en el género femenino, en específico en las madres de familia.

Según la ensayista Tania Tagle, "el trabajo no remunerado es aquel que no recibe una remuneración económica y está constituido en su mayoría por trabajo doméstico".

Seguramente has escuchado decir a tu madre o a tu abuela que nunca terminan de trabajar, pues es cierto, los cuidados nunca acaban. La ONU señala que en 2013 el valor económico del trabajo no remunerado fue el equivalente a 20.5% del producto interno bruto nacional y que los horarios de este son extenuantes.

La misma organización en el informe Trabajo Doméstico y de Cuidados no Remunerado, reconoce que estas mujeres se encuentran en desventaja al no ser plenamente reconocidas ante la sociedad, es decir, no se desarrollan en lo laboral y no cuentan con ingresos propios, por lo que son dependientes económicamente.

Es indispensable que este sea jurídicamente reconocido como un trabajo, que nos den mayor infraestructura pública de cuidado y sobre todo que exista un reparto más equitativo de labores no remuneradas.

Valoremos a las mujeres que se dedican al hogar, si eres ama de casa no menosprecies lo que haces. Pensemos dos veces antes de decir que nuestras madres, hermanas, esposas, abuelas o hijas amas de casa "no trabajan".

Acerquemos a las niñas a la ciencia, al arte y a la educación en general, fomentemos en los niños el cuidado y mantenimiento de un hogar. Con estas acciones lograremos repartir de mejor manera el trabajo remunerado y no remunerado.