Nada hay más reconfortante en decoración que preparar la habitación de un bebé que dentro de poco pasará a ser un niño con necesidades de espacio para el juego, con un lugar que le genere capacidad de movimiento, a pesar de que hayan sido otros los que elijan las sábanas, los juguetes y el color de las paredes. 
Paredes divertidas Estimular la imaginación del niño es lo que se pretende en todo momento, sin que ello le altere el sueño. Por esta razón una empresa de pinturas infantiles, señala que, más allá del azul y el rosa, es importante elegir el tono en función de la etapa de crecimiento. "Mientras que los bebés necesitan un espacio sereno que invite al descanso, los niños de dos a seis años requieren más estímulos y, por tanto, mayor colorido. A partir de los siete, hay que encontrar un punto entre el espacio para el estudio y otro en el que desarrollar sus aficiones," comentan desde la empresa.
Sinfonía de colores Para quien apueste por una gama tan viva como los terracota, recomiendan dividir la pared horizontalmente y pintar la parte superior de un color claro y la inferior con uno más intenso, para así no saturar el espacio. De manera que se consiga crear una "atmósfera cálida y dinámica, potenciando la energía".
Otra compañía menciona que apuesta por diseños que se adaptan al resto de la vivienda, pero que transmiten todo lo que queremos al entrar al dormitorio del bebé: "estimular y desarrollar su creatividad", un ejemplo podría ser colocar unos mapas del mundo, pues son un excelente recurso para ello. Lo que sí recomiendan es que, antes de colocar un vinilo decorativo en el dormitorio, "hay que tener claro qué queremos aportar con ese diseño, qué disponibilidad de espacio tenemos en las paredes y de qué muebles disponemos," así podremos elegir el tono más adecuado, en función del color base.
Atentos al suelo El piso es un elemento muy a tener en cuenta. Alfombras divertidas, delicadas y mullidas, suelen ser lo habitual, pero siempre hay alternativas que ofrecen opciones perfectas para cualquier espacio del hogar. "Las alfombras vinílicas hasta ahora eran perfectas para decorar un salón, dormitorio, comedor y, por supuesto, la cocina, pero ahora hemos decidido integrarlas en la zona de juegos infantil," comenta unos diseñadores. Un accesorio que cambia por completo el estilo con un juego de geometrías y dibujos atractivos. Una forma cómoda para los bebés que comienzan a gatear y necesitan libertad de movimientos sin dañarse, mientras que para los más mayores se convierte en el escenario perfecto para leer o escuchar música.
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