Relaciones de pareja tóxicas, y cómo afectan a los hijos

Si los padres viven en conflicto, generalmente significa que están más ocupados en sus problemas que en la atención que le prestan al desarrollo infantil

Relaciones de pareja tóxicas, y cómo afectan a los hijos
Agencias | La relación tóxica resulta en violencia y no sólo física Relaciones de pareja tóxicas, y cómo afectan a los hijos

Según datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) 2016, el 30.8 por ciento de las madres de 15 años y más casadas o unidas, declaró haber padecido al menos un incidente de violencia por parte de su pareja en el último año. Y es que si los padres viven en conflicto, generalmente significa que están más ocupados en sus problemas que en la atención que le prestan al desarrollo infantil, y las consecuencias de esto pueden dejar una huella muy profunda en los hijos.

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¿Qué puedes hacer?

El primer paso para salir de esta situación es aceptarlo, darte cuenta de que estás en una relación que te afecta a ti y a tu familia. Aquí te dejamos unas claves para que la identifiques y puedas evitar un daño permanente a tus hijos:

-Si te aísla de los demás; que no te permite socializar o crea conflicto cada vez que vas a reunirte con alguien más; que vigila tu celular y tus conversaciones.

-Si te hace sentir mal, con comentarios que merman tu autoestima, o criticando tu forma de vestir o de arreglarte, e incluso menospreciando lo que haces personal y profesionalmente.

-Si no permite tu crecimiento, si evita que sigas capacitándote o laborando, porque una cosa es no laborar o estudiar por decisión propia, y otra es que tu pareja no te lo permita.

-Si es dependiente, que necesita demasiada atención emocional y te reclama demasiada atención o no puede concretar proyectos sin ti, o viceversa.

-Si es obsesivo, que a pesar de que ya hay una separación, no te permite continuar con tu vida e incluso te hostiga.

Y es que la relación tóxica resulta en violencia y no sólo física, sino emocional, verbal, sexual o hasta económica. Hay diversas manifestaciones, algunas más notorias que otras. Por eso tienes que ser muy reflexivo y autocrítico para poder aceptarlo.

Y una última forma de identificarlo es observando a tus hijos. Ellos son el reflejo de lo que se vive en casa. La forma en que hablan y se relacionan con los demás es un espejo de cómo los integrantes de su familia lo hacen entre ellos. Si tus hijos presentan algún comportamiento extraño, como una baja en el rendimiento escolar, riñas entre sus pares, aislamiento, miedo, depresión, ansiedad o cualquier otro problema de conducta, es mejor revisar las situaciones que pasan en casa o en los lugares donde más conviven, porque no siempre comprenden lo que está pasando y suelen culparse, o simplemente no saben cómo reaccionar sobre lo que pasa a su alrededor. Así que lo más importante es buscar ayuda profesional, tanto para ellos como para ti.