Ágape, cocinar con propósito

Oriunda de Tapachula, Chiapas, Osiris Orozco, de 23 años, es amante de la cocina y de la comida

Ágape, cocinar con propósito
Juan SALINAS | Chef Osiris Orozco Ágape, cocinar con propósito

Oriunda de Tapachula, Chiapas, Osiris Orozco, de 23 años, es amante de la cocina y de la comida. Su platillo favorito es el pozole rojo y el pozol, bebida a base de cacao y típica de aquella región selvática. Es un ejemplo de perseverancia, ya que emigró a Puebla para cumplir su sueño: ser chef profesional, egresando de la licenciatura en gastronomía en el 2013, para posteriormente abrir su propio restaurante.

Desde muy pequeña tenía en claro que deseaba ser una chef. Leía recetas de cocina, veía programas en la televisión sobre comida y al lado de su familia aprendió a cocinar, por lo que sus platillos están íntimamente relacionados con los sabores de lugares a donde ha ido, con una sazón que evoca su memoria familiar.

Durante todo este trayecto, tuvo altibajos; durante sus estudios se enfocó en titularse, además de trabajar, lo cual provocó una gran presión para ella. Sin embargo, gracias a su ardua exigencia logró concluir de manera exitosa su carrera, sumando experiencia por el tiempo que dedicó al trabajo.

Sin duda alguna, cuando la pasión está por encima de todo lo demás, se logran sueños, y Osiris es un ejemplo contundente de ello.

Sin duda alguna, cuando la pasión está por encima de todo lo demás, se logran sueños, y Osiris es un ejemplo contundente de ello.

Sus platos son presentados con una estética atractiva, ingeniosa y natural, que son rasgos que la caracterizan. La joven chef echa mano de las texturas y las fusiona con sabores ácidos y dulces, para balancear el producto final. Una de sus técnicas favoritas es el “tatemado”, para darle ese toque “quemadito” a las salsas, caldos y aderezos.

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Los ingredientes mexicanos predominan en su cocina, pues se considera orgullosa de sus raíces.

A la hora de crear su menú, se imagina sabores que alguna vez haya probado y los mezclados con otros que, sin probarlos, evoquen algún recuerdo o sentimiento. Este principio es una constante en los platos que sirve en Ágape.

Tenía mucho miedo cuando abrimos las puertas (del restaurante), ya habíamos mandado a imprimir el menú y tuve servidos los platos, pero nunca los había probado. Pero justamente con un platillo llamado “La Pesca”, me acerqué a una señora y le pregunté cómo estaba. Su respuesta fue: “es una revelación”.

"Me gusta mucho cómo reaccionan las personas cuando comen algo que les gusta, cómo abren los ojos, como se sorprenden”.

"Quiero demostrarle a la gente que puedes crear comida deliciosa con los ingredientes que tienes a la mano”. 

"Lo que significa ser chef es trabajar mucho, respaldar a tu equipo, siempre tratar de mejorar juntos. No olvidarte de dónde vienes y para dónde vas”.