¿Santa Claus come más sano? Evita subir de peso con antelación
A pesar de su entrañable silueta, no es el mejor ejemplo de salud para estas fechas
“Navidad, Navidad, dulce Navidad”, dice la letra de uno de los villancicos más populares, pero los nutricionistas aconsejan consumir con moderación los dulces y otras comidas repletas de calorías, que en poco tiempo pueden llevarnos a aumentar el parecido de nuestra barriga con la del simpático gordinflón vestido de rojo y blanco, que trae los regalos de Navidad. Las posibilidades de engordar aumentan porque en muchos países las tiendas y supermercados ponen a la venta los productos navideños cada vez con mayor antelación, semanas e incluso meses antes de las fiestas. Ricos en calorías, grasas y azúcares, estos productos de Navidad son altamente adictivos y aportan el grueso del peso que se suele ganar durante esta época, según el Instituto Médico Europeo de la Obesidad. Sus expertos recomiendan reservar su consumo para las fechas señaladas, limitándonos a una o dos raciones, para evitar caer en excesos y atracones que en poco tiempo pueden llevarnos a aumentar nuestro parecido físico con Santa Claus. “Debido a su carácter gastronómico y a que se celebra en torno a la mesa, esta época presenta un mayor riesgo para el aumento de peso en la población adulta e infantil,” señala Sonia Peinado, nutricionista de este centro. Lee: Claves para un destete respetuoso
“Bastan dos semanas de malos hábitos alimenticios, acompañados por sedentarismo o disminución de la actividad física habitual, para despuntar en cuanto al porcentaje de masa grasa,” apunta. Aconseja comprar los productos a mediados de diciembre, consumirlos de manera moderada y ocasional, llevar una dieta equilibrada en los días que rodean los días más señalados, “compensando un exceso en la comida el mismo día o el siguiente con un menú ligero y digestivo, todo ello sin abandonar la actividad física”. ¡Ojo con los delikatessen y los dulces típicos! “Algunos de los productos más calóricos cuyo consumo hay que limitar son: el foiegrás y los patés; los embutidos y los quesos; los panes y biscotes (pan especial tostado); los licores de café, hierbas o de frutas, y las frutas escarchadas o confitadas,” según la nutricionista Carmen Escalada.
“Existe una gran variedad de dulces navideños, cuya masa compacta se elabora a base de almendras, nueces, miel, azúcar, chocolate, manteca, fruta confitada, vino o aguardiente y harina de trigo, y con numerosas calorías provenientes de grasas saturadas y de baja calidad, además de harinas y azúcares refinados,” añade la nutricionista dietista Estefanía Ramos. |