Construye lazos con tu hijo adolescente

Las cosas pequeñas y sencillas pueden reforzar el vínculo.

La adolescencia es la etapa más difícil que los hijos y los padres pueden afrontar; ellos se vuelven más independientes, sienten que son capaces de hacer y solucionar cualquier problema. También las actividades escolares, los nuevos intereses y tener una vida social se convierte en prioridad. A medida que los hijos crecen, los padres continúan siendo las anclas que les brindan amor, orientación y apoyo. Pero en ciertos momentos, los adolescentes piensan que pueden prescindir de esto, pero hay diferentes formas para lograr una buena relación con ellos.

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Comidas familiares

Preparar una comida puede parecer agotador, especialmente después de un día extenso. Pero las comidas compartidas en familia ofrecen un tiempo valioso juntos. Por lo tanto, prográmenlas y organícenlas como lo harían con cualquier otra actividad. Si no es posible hacerlo todas las noches, intenten realizarlo de manera semanal, de forma que se adapte a los horarios de todos sus hijos. Compartir una actividad ayuda a generar cercanía y conexión.


La despedida

Es muy probable que tu hijo ya no sienta la necesidad de que lo lleves hasta la cama y le cuentes un cuento, pero es importante mantener una rutina a la hora de irse a dormir. Repasen los hechos destacados del día y conversen sobre el día siguiente. Incluso, si tu hijo preadolescente ya está grande para la rutina de arroparlo cuando se acueste, nunca está de más un beso o un abrazo de buenas noches.

 

Demostrar afecto

No sabes cuánto puede valer un gesto de amor en esa etapa. Al hacerlo, los hijos se sienten en más confianza y seguridad. Tal vez rechacen un abrazo y un beso, pero deben comprender que no tienen un problema con usted. Simplemente reserven este tipo de demostraciones de afecto para los momentos en que los amigos no estén cerca. Cuando estén en público busquen otras formas, quizá un saludo especial o una simple sonrisa.

 

Mantener interés

Si usted se mantiene interesado en las ideas, pensamientos, sentimientos y situaciones que le sucedan a su hijo, será de vital importancia. Si usted está informado de sus experiencias, será más fácil para usted poder brindarle un consejo, orientación, perspectiva y el apoyo necesario. Y responder sin enjuiciar hará que sea más probable que su hijo acuda a usted si surge un problema complejo.

 

Formas diferentes de comunicación

En esta etapa, su hijo preadolescente acudirá a usted para contarle sus problemas, y dependiendo de qué sea, querrá salir corriendo a hablar con los maestro o amigos —como cuando eran más pequeños—, pero eso ya cambió, quizá sólo el joven busque un lugar donde desahogarse; bríndele ese apoyo y pregunte si hay algo en lo que pueda ayudarlo, si no es así, dele su espacio.

 

 

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