Huehues de Izúcar, la fiesta recibe la Semana Santa

Las fiestas de Izúcar se llenan de danza y color por la llegada de los huehues.

La aparición de los tradicionales Huehues en Izúcar de Matamoros da inicio al carnaval, con ritmo y color, previo a la Semana Santa.

Estos danzantes invaden las calles y colonias, con bailes tropicales que dejan que se desencadene la fiesta en la zona.

Actualmente existen tres cuadrillas de huehues, quienes bailan durante las tardes y noches contagiando de sabor y color a sus habitantes y a quienes llegar a visitar este punto de la Mixteca Poblana.

Los trajes de los huehues son muy coloridos, llenos de listones, moños y máscara, además de su sombrero; ellos de manera sarcástica buscan ridiculizar a los hacendados de antaño, quienes vestían muy ostentosos.

Óscar Hidalgo, a quien todos conocen por su nombre artístico, Salamandra, comentó que los huehues son hombres que se visten con atuendos que llamen la atención de la población, aunque también hay mujeres que se visten de hombres y ocultan sus rostros con máscaras de caballeros.

Tres años atrás, destacó, salían a las calles llevando un triciclo, al cual acondicionaban con un estéreo y bocinas para llevar la música con la que bailaban. Hoy, con la modernidad, sólo utilizan una bocina a la cual le instalan una memoria con las pistas que usarán.

Bailar sólo es para ellos parte de las tradiciones, ya que aunque no se gane dinero, lo hacen por gusto. Por 3 canciones cobran 50 pesos. Al final de su jornada, el dinero se lo reparten entre todo el grupo de huehues. Cada uno llega a ganar tan sólo 30 o 50 pesos por noche.

Este tipo de bailes atrae la atención de grandes y chicos, ya que de niños comienzan a integrarse a este tipo de cuadrillas y los adultos se lo permiten, para que la tradición no se pierda.

El origen de los huehues en Izúcar de Matamoros aún se desconoce, no se sabe cómo surgieron. Se tiene el dato de hace más de 50 años, que prevalecen en la zona, y son del gusto de cientos de habitantes.

 

Para el paladar y la diversión

Al acudir a este municipio, puedes deleitar a tu paladar en el corredor gastronómico “El Tianguillo” y probar el rico pozole blanco, hecho con maíz y carne de puerco. Su sabor es inigualable, sobre todo el de las hermanas Montellano. ¡Y qué decir si lo acompañamos con unos ricos tacos suaves! O las tostadas preparadas con frijoles, lechuga, rábano, jitomate, crema, queso y salsa.

Como extra, disfruta del tradicional atole de granillo, único en su género y que se encuentra exclusivamente en este lugar, haciendo la pareja perfecta con los “tamales tontos”, un platillo típico izucarense.

Todo esto nos invita a adentrarnos más en la cultura de esta tierra, buscando las aguas termales del balneario San Carlos, y pasando a los manantiales con los que cuenta el balneario Amatitlanes, toda la diversión sabor y colorido reunidos en un sólo lugar.

 

 

 

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