¡Aguas con los medicamentos patito!

Las patentes y la propiedad intelectual son importantes por las innovaciones farmacéuticas que aparecen con el tiempo

La importancia de patentar medicamentos y la propiedad intelectual, ante las innovaciones farmacéuticas, fueron algunos de los puntos centrales en un curso que aborda aristas del T-MEC, tratado que acaban de firmar México, Estados Unidos y Canadá.

Nahanny Marisol Canal Reyes, química farmacéutica bióloga de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señaló las diferencias entre los fármacos y los medicamentos, ya que muchas veces se consideran iguales a pesar de ser dos sustancias distintas.

Un fármaco es un principio activo que debe pasar pruebas tipo in vitro y en animales. Luego recibe un tratamiento para convertirlo en un medicamento, el cual se presenta en forma de píldora o pastilla. De presentarse de forma innovadora, debe pasar por un “desarrollo clínico” a cargo de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).

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Ley General de Salud señala cuatro tipos de fases imprescindibles para el cumplimiento de los requisitos que otorguen la patente a cualquier medicamento: prueba contundente de funcionamiento; proceso terapéutico sobre su viabilidad; confirmación de seguridad y eficacia; y exposición de resultados, a los que se pueden añadir las indicaciones secundarias.

Relevancia

El sistema de patentes se desarrolló en 1800 para promover y salvaguardar la creatividad intelectual, como una remuneración merecida para quien o quienes deben “recuperar toda la dedicación” de una investigación novedosa, recalcó la académica.

Las patentes son importantes para la protección de las innovaciones médicas, para evitar su usurpación, incluso en otros países.

Canal Reyes considera que el sistema mexicano es equilibrado, por el abastecimiento de medicamentos de las más recientes generaciones.

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