El distanciamiento social no significa aislamiento

El distanciamiento social puede tener efectos psicológicos importantes, sobre todo en quienes tienen antecedentes clínicos.

Entre más pasan los días, es normal que nos sintamos desorientados por las cantidades de información que consumimos, el tiempo que pasamos en el mismo lugar y la incertidumbre que genera la contingencia por Covid-19.

Los efectos psicológicos de la pandemia se relacionan con cuadros de ansiedad, hostilidad y nerviosismo, como señala el, Dr. Quetzalcóatl Hernández Cervantes, coordinador del Doctorado en Investigación Psicológica de la IBERO Puebla, pues no es sólo el confinamiento la principal fuente de psicosis, sino la posibilidad de contagio que prevalece en la conciencia colectiva.

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Sin importar si estás pasando la contingencia solo o con familia, las tensiones naturales de la situación pueden aumentar si no se les trata adecuadamente, por lo que Hernández Cervantes recomienda tres ejes de acción para reconocer y aliviar sentimientos negativos:

Validación: Aceptar que vamos a tener sentimientos y emociones adversas, nos servirá para comunicarnos entre nosotros y tomar acción.

Exteriorización: Mantener una falsa entereza podría causar que nos expresemos de maneras dañinas, tanto con nosotros mismos como con los demás. Debemos entender que todo es transitorio: estos pensamientos y sentimientos pasarán.

ToleranciaCada persona vive estos escenarios de forma distinta, por lo que es importante permitir y fomentar los espacios de privacidad. Es normal cansarse de la convivencia diaria, lo cual no significa otra cosa más que el reajuste de los hábitos y estilo de vida.

Conócete a ti mismo

Para muchas personas, esta crisis sanitaria llegó en momentos de vulnerabilidad emocional o a mitad de un tratamiento terapéutico o psiquiátrico. Sin embargo, existe la facilidad de continuar los procesos clínicos a distancia para mantener la comunicación y llevar control de los casos.

Si una persona sabe que es propensa a desórdenes emocionales o padece de enfermedades diagnosticadas que no están siendo tratadas, se recomienda llevar a cabo los siguientes ejercicios:

Respiración diafragmática: Inhalar profundamente utilizando el diafragma, llenando el estómago, y exhalar lentamente. Esto ayuda a situar el pensamiento y regular el ritmo cardiaco.

Relajación progresiva: Ser consciente de las reacciones físicas que tienes antes y durante una crisis de ansiedad o estrés, para poder mitigarla mediante ejercicios de estiramiento, respiración y focalización del pensamiento.

Proyección de escenarios seguros: Visualizar un espacio en el que te sientas cómodo y en paz y trata de evocar hasta los mínimos detalles que te hagan sentir cómodo.

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