Durante este tiempo de crisis es fundamental conocer el diagnóstico de los afectados por COVID-19, ya que al detectarlo a tiempo se puede tratar adecuadamente y detener su propagación. Desde el inicio de la epidemia se han utilizado test de diagnóstico, pero el tipo de herramientas empleadas y los criterios para seleccionar a las personas que deben someterse a estas pruebas han ido variando. Sabemos que conforme pasan los días los números van aumentando por ello te explicamos en que consiste cada prueba.

¿Cuáles son los estudios?

Se pueden utilizar tres tipos de pruebas: la técnica PCR, que se realiza en el laboratorio, con herramientas especificas que tarda varias horas, y los llamados test rápidos. Son dos pruebas portátiles que ofrecen resultados en pocos minutos.

¿En qué consisten cada una?

La prueba habitual conocida como PCR, que por sus siglas en inglés significa “reacción en cadena de la polimerasa”. La realiza un especialista sanitario, quien extrae una muestra del fondo de la nariz, de la boca o de la garganta del paciente, y esta muestra se analiza en un laboratorio, la cual tarda alrededor de cuatro horas en dar resultados. La prueba se basa en una serie de reacciones químicas para detectar la presencia del material genético del virus. Es un procedimiento común y ofrece resultados fiables, si la muestra se toma correctamente, aunque sólo se puede llevar a cabo en laboratorios equipados con máquinas especializadas y personal entrenado y capacitado.