¿Los sistemas de agua pueden ser conductores de COVID-19?

Se estima que 780 mil personas mueren al año por el acceso de agua y saneamiento inadecuado.

Académicos y expertos analizan en el webinar, organizado por la Universidad de las Américas Puebla, los desafíos que atraviesan los servicios de agua y saneamiento derivados por el SARS-CoV-2; como el mantenimiento de plantas de tratamiento, sistemas de conducción de aguas residuales y potables, además de la posibilidad de ser una vía de propagación del virus a través de tuberías, particularización de gotas en el aire e incluso si se bebiera agua del grifo.

El tema del agua es delicado desde distintas aristas, afirmó el maestro Juan Carlos Valencia, presidente del Consejo Consultivo de la Asociación Mexicana de Hidráulica en Morelos y primer ponente del webinar. Una arista es que en México los sistemas de agua y saneamiento hoy se ven impedidos de cerrar o disminuir su capacidad de funcionamiento porque la pandemia obliga a su utilización continua. A esto se le debe sumar que se verán afectados por la baja de pagos de empresas que paulatinamente cerrarán, además de que continúa la estadística que una de cada cuatro personas no paga el servicio; frustrando el mantenimiento de maquinaria, pago de insumos, salarios, de energía, entre otros.

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Estadísticas en el país

La cuestión se torna caótica cada vez, debido a que los sistemas en malas condiciones generan una tasa alta de mortandad. Ello, más la posibilidad de que un virus ronde las tuberías de una ciudad por los desechos naturales del cuerpo humano asintomático o que ha llegado al hospital, se volvería un problema mayor. “Se estima que 780 mil personas mueren al año por el acceso de agua y saneamiento inadecuado, eso es diez veces más de lo que generan los conflictos armados a nivel global; en México es la principal causa de enfermedades diarreicas”, aseguró el maestro Valencia.

¿Cierto o falso?

Sin embargo, los siguientes ponentes dieron argumentos para denegar el acontecimiento de ese suceso. El doctor Benito Corona, director académico del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la UDLAP, explicó que el proceso de potabilización del agua indicado por la Organización Mundial de la Salud, OMS, inactiva cualquier posibilidad de que el virus esté presente en el agua. Estableciendo que el uso de la concentración de cloro en una dosis establecida inhibe protosuarios. Asimismo, señaló que, si las personas no tienen confianza con el sistema mexicano e intentan utilizar productos comerciales, hay que tener cuidado con otros compuestos químicos añadidos, principalmente si el agua se usará para ingerirla. “Usualmente, los blanqueadores que se pueden encontrar en un supermercado tienen concentraciones del 3 al 6 por ciento de hipoclorito de sodio, que realmente es lo que el ingrediente activo que nos interesa para desinfectar, pero preocuparía los demás compuestos en la solución”, reveló.

Agregando a ello, el doctor Guillermo Baquerizo, profesor de Ingeniería Química Ambiental y de Alimentos de la UDLAP, rechazó alguna posibilidad de propagación del virus por la orina o heces de personas que son desechadas desde casas u hospitales a través de tuberías, la particularización de gotas al aire que desalojan ríos contaminados por la desembocadura de alguna cañería e incluso si se bebiera agua de grifo, debido a que el líquido no es conductor del virus.

De igual forma señaló que hasta el momento no hay indicios de gente infectada tras indagar en varias fuentes internacionales, incluso las que estuvieron en contacto con aguas residuales sin tratar. “La EPA ha implementado una página para resolver preguntas y una de esas es ¿una planta de tratamiento puede tratar el COVID? Básicamente dice si, los procesos de desinfección estándar sean efectivos, de hecho, los organismos en Estados Unidos se han concentrado más en dar información para la protección del trabajador, en vez de dar lineamientos en los trenes de tratamiento”, reveló el doctor Baquerizo.

 

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