Condena migración al sistema educativo en Puebla
La presión por emigrar, se ha convertido en una poderosa razón que impulsa a los jóvenes de hogares rurales a abandonar los estudios
A sus 14 años, Ramiro Ángel abandonó la escuela, contactó a un pollero y vivió en el cruce a Estados Unidos una pesadilla. Hoy su historia de nada sirve para frenar la migración que cada año protagonizan jóvenes como él en su pueblo y en otros de la Mixteca de Puebla, donde la presión social por salir del lugar de origen en busca de dólares es una constante. Este muchacho decidió dejar el bachillerato porque, como ocurre en muchos hogares de la región, al sureste de este estado, las familias enfrentan necesidades económicas que no se resuelven con un solo ingreso. Un día el joven avisó a su profesor que no volvería más a la escuela; su destino: Estados Unidos. Agradeció los conocimientos y se marchó. Meses después regresó a la comunidad de San Martín Alchichica, su pueblo, con un semblante desencajado, por momentos, triste. Días después pidió permiso para incorporarse a clases, y al conseguir el aval del maestro en el Telebachillerato Comunitario Número 25, contó su historia. “No es fácil, pasa uno muchos problemas y dificultades, porque para llegar a Estados Unidos hay que saber con quién se va uno, y siempre recomiendan a los polleros, porque saben las rutas, los horarios para cruzar, todas esas cosas que sirven para que no te atrapen y pueda uno llegar,” cuenta al recordar ese episodio de su vida. “Nos vendió el pollero al cruzar; hizo un trato con alguien y simplemente nos pasó con otra persona, y querían pedir dinero a nuestras familias para que nos dejaran ir,” recuerda, aunque con molestia, porque su “sueño” no se materializó. Al final su estancia pasó de más de dos meses, y luego de vivir esa pesadilla de un secuestro virtual, decidió volver a su pueblo, en el municipio de Izúcar de Matamoros. Ramiro Ángel es uno de cientos de jóvenes que deciden dejar sus estudios cuando concluyen la secundaria para irse a Estados Unidos. El bachillerato ya no es una opción, porque la mayoría de los jóvenes se ven presionados social y económicamente a emigrar. De acuerdo con datos de la Secretaría de Educación Pública (SEP), en la Mixteca hay municipios donde el total de alumnos que cursan el último grado de secundaria ya no se inscriben al bachillerato en el siguiente ciclo escolar. Por ejemplo en San Jerónimo Xayacatlán, una de las demarcaciones más pequeñas en la entidad, es una práctica común. En el periodo 2014-2015 había 35 alumnos en tercero de secundaria, pero para el ciclo 2015-2016, a primero de bachillerato sólo ingresaron siete muchachos. Este comportamiento se repitió en los siguientes periodos, con caídas dramáticas en la matrícula de un nivel a otro. En ese mismo municipio, de 42 estudiantes de secundaria en el ciclo 2015-2016, pasaron a seis de bachillerato en el 2016-2017. Tehuitzingo, otro municipio de la zona, aunque más grande en población y territorio, reporta el mismo fenómeno. Por ejemplo, en el ciclo 2017-2018, la SEP registró a 235 alumnos en el tercer grado de secundaria, pero sólo se inscribieron 184 en el ciclo 2018-2019 en bachillerato. La historia se repite en otras demarcaciones como Axutla, Chila de la Sal, Guadalupe, San Pablo Anicano y Xayacatlán de Bravo. Ramiro Ángel sí regresó, a diferencia de otros de su edad que aún al enfrentar adversidades lograron su objetivo de quedarse en la Unión Americana. No obstante, pese a que su profesor lo puso como ejemplo para convencer a otros de quedarse, cada año más muchachos emigran. Sixto Castillero Gatica, director del Telebachillerato Comunitario Número 25, de San Martín Alchichica, explica que la presión por emigrar es “altísima” por parte de las familias, ya que, por la necesidad de un mejor ingreso, en el mismo hogar impulsan a los jóvenes a abandonar los estudios. El profesor confiesa que también en los casos donde hay parientes con años radicando en Estados Unidos es mayor el interés, porque ya existe alguien que los puede cobijar en aquel país; por lo que su arraigo es casi imposible. “En su desesperación por el dinero salen de la secundaria y no continúan sus estudios, y esto es un impacto fuerte; los muchachos se dan cuenta de las necesidades y es ahí cuando deciden retirarse, porque empiezan a buscar un trabajo,” dice. “Pero para tener solvencia económica de forma rápida su opción es irse a Estados Unidos. Allá los alumnos tienen mínimo dos familiares, y es como se dan cuenta que la cantidad de dinero que se gana allá, aquí sería excelente,” agrega. Castillero Gatica dice que por fin este ciclo escolar en su bachillerato ya no hubo deserción por migración internacional, pero admite que es un fenómeno constante todos los años.
El maestro explica que el impacto es preocupante, porque marca a las comunidades, ya que no permite que los estudiantes completen su educación básica, lo que a su vez se convierte en un problema de rezago educativo que al final pone trabas para una oportunidad de empleo; es un círculo vicioso. Lee la investigación completa |