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Prensa y poder en Puebla  Carlos Gómez Históricamente la convivencia entre la prensa y el poder jamás ha sido tersa y mucho menos pasiva. Los periodistas (o los que dicen ser al ejercer esta profesión) deben estar acostumbrados a todo: bajos salarios, nulas prestaciones, inexistente seguridad, amenazas, denuncias y una sana distancia del poder. Los funcionarios que ejercen el poder, a su vez, creen que son eternos, que jamás se terminarán sus años de gloria, que su legado será histórico, que son dueños de la verdad absoluta, que ellos y nadie más tiene la razón. Este reportero empezó a ejercer la profesión en el cierre del sexenio de Melquiades Morales y su relación era más que amigable con varios actores de la prensa poblana porque así convenía a sus intereses. Luego, en el sexenio de Mario Marín Torres las cosas mejoraron para algunos de los periodistas que vieron crecer sus fortunas de la noche a la mañana y hasta empresarios se volvieron. En esos años de la borrachera marinista los excesos estaban a la orden del día y al igual que hoy ocurre, los funcionarios estatales pensaron que llegarían a Los Pinos junto con su jefe. La cruda los despertó brutalmente en julio de 2010 cuando sus planes se derrumbaron y llegó al poder un grupo político que odia a la prensa poblana. Su resentimiento va más allá de las palabras y ya llevaron a los hechos parte de su tan anhelada venganza al ahorcar las finanzas de varios medios de comunicación que tuvieron que desaparecer por falta de ingresos. El rencor del grupo en el poder sigue ahí, intacto y tan arraigado como en la campaña de 2010 cuando ganaron la gubernatura. Por eso las demandas contra los periodistas Fabián Gómez y Adrián Ruiz a nadie debe sorprender porque es el estilo de la arrogancia y la presión psicológica. Es un juego en donde el grupo de poder tiene poco que perder porque como siempre el Poder Judicial está de su lado y también es un eterno rencoroso contra la prensa poblana. Sin embargo, el mejor aliado para la prensa poblana (por lo menos para la verdadera prensa poblana) es el tiempo y el profesionalismo. Un periodismo real podrá sobrevivir ese y otros ataques y los que usen al periodismo para enriquecerse simplemente estarán acorralados. Nada es para siempre y en algunos años terminarán los días de gloria del grupo en el poder y entonces sí serán sujetos a que la historia los juzgue por sus actos buenos, malos y sus excesos. Mientras tanto aquí nos tocó vivir (como dice Cristina Pacheco) y aquí seguiremos como buenos periodistas acostumbrados a todo. Algo que sí hay que destacar fue la interesante jugada de meter las demandas civiles contra los periodistas justo en el día en que se blinda al auditor (y al sistema) y se elije al nuevo Consejo General del IEE. Una jugada de tres bandas que salió perfecta a quien la planeó porque nadie dijo nada de eso. ** ** ** gomezcarlos79@gmail.com @gomezcarlos79

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