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Redacción


Enero 22, 2013
Ángel Soriano Elecciones y pacto La autocrítica del PAN durante su pasada reunión de su Consejo Nacional y el compromiso de su dirigente Gustavo Madero de apoyar el Pacto por México dividió de alguna manera la estructura panista, al grado que luego de terminar la reunión algunos de sus consejeros reaccionaron de diversas maneras, especialmente opositores a la nueva administración federal priista. Las elecciones en 14 estados de la República servirán para demostrar si Acción Nacional tiene fuerza electoral, es un partido de cuadros, o subordinado ya a la directriz oficial, como se presume lo es ya. Sin embargo, su coordinador parlamentario en la Cámara de Diputados, Luis Alberto Villarreal advirtió que no asumirán una posición incondicional ante el gobierno. Simultáneamente la Junta de Coordinación Política de San Lázaro anunció que privilegiará las iniciativas de sus legisladores por encima de las del Pacto, aun cuando reconocen la importancia de éstas y su apoyo a las mismas, pero de ninguna manera aceptarán imposiciones o asumir un papel secundario. Seguramente han surgido diferencias en torno a los integrantes del Consejo Rector del Pacto y a los coordinadores parlamentarios y a los secretarios de Estado no les pareció bien que se designara a un coordinador ejecutivo, al que seguramente tenían que obedecer y aceptar una agenda legislativa a modo, dejando a los legisladores la simple función de aprobadores de todo sin hacer la menor crítica. Incluso luego de la visita del Presidente Enrique Peña Nieto al Senado de la República, lo cual fue tomado como una actitud bastante civilizada de la Cámara Alta y del Ejecutivo Federal en la nueva relación entre los poderes de la Unión, se consideró que de inmediato iría con los diputados a San Lázaro con el mismo fin, pero surgieron diferencias que no se han podido superar y la visita está pendiente. “No queremos que el Presidente sólo venga a ver los focos del Palacio Legislativo” comentó el perredista Silvano Aureoles Conejo, en clara referencia al interés provocado por la instalación de candelabros en el recinto del Senado durante la visita presidencial, y de las poses adoptadas para ser captados por las cámaras de televisión, las fotográficas y los celulares en el momento preciso de traspasar a la historia de México. Divergencias surgidas al fragor de las elecciones a efectuarse en 14 estados de la República, de los secretarios de Estado que se sienten desplazados en la operación del Pacto por México, de los legisladores que sienten que jugarán un papel secundario ante el colosal instrumento político de nueva creación, y las divisiones naturales al interior de los partidos políticos por la cercanía –nada gratuita- de sus dirigentes con el poder presidencial, hacen zozobrar los fines del PxM. Incluso el mismo coordinador parlamentario del PAN en la Cámara de Diputados, Luis Alberto Villarreal, afirma que los 95 puntos que promueve el Pacto por México son programas, propuestas, iniciativas, compromisos hechos por su partido en diferentes etapas de la vida de México y que si bien coinciden con ellas porque forman parte de su plataforma, de ninguna manera asumirán una actitud sumisa ante la parte oficial. Los comicios en los estados y la fortaleza de partidos y dirigentes, serán una buena prueba de la clase política nacional para determinar hacia donde se inclina la mayoría del pueblo de México y si es que, efectivamente el PRI tiene todo el poder, o los de nuevo opositores abanderarán las justas causas nacionales. www.revista-brecha.com [email protected]
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