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Redacción


Febrero 19, 2013
Es mejor que zozobre y no que fafalte Jaime OAXACA Los resultados de las corridas de toros no pueden medirse por goles, como si se tratara de un partido de fútbol, en consecuencia los jueces de plaza son un factor determinante en este asunto de los premios que se otorgan. Los jueces de la plaza de toros México tienen un criterio muy lejano de lo taurino, tengo la impresión que actúan bajo presiones o amenazas, porque no es normal su comportamiento en el biombo de la autoridad. En la corrida 19 de la temporada, con la que se terminó el serial, fue exagerada la premiación del juez de plaza representada en este festejo por Jesús Morales. Chucho fue subalterno durante muchos años, imposible que no sepa de toros. Pero qué es lo que pasa en el biombo, realmente son fallas de los jueces o tienen indicaciones de la empresa que a la hora de premiar es mejor que sobre a que falte. Que la empresa tiene agarradas del pescuezo a las autoridades de plaza es evidente, prácticamente aceptan todo, imposible que utilicen su criterio, todo se los imponen. Un ejemplo son los bureles que la empresa compra y que las supuestas autoridades de plaza tienen que aceptar. Desde hace algunos años los veterinarios nombrados por la delegación sólo tiene voz pero no votos, así que las opiniones de los veterinarios se van a la basura, el dictamen no es tomado en cuenta por quien funge como juez de plaza. Por eso los jueces aceptan novillos como si fueran toros. Las autoridades de plaza no tienen ningún apoyo porque se hacen guajes las otras autoridades: las gubernamentales. Ni Miguel Ángel Mancera, responsable del gobierno del Distrito Federal, ni Jorge Romero, jefe de la delegación Benito Juárez, cumplen con su deber. Como el gato no está en casa los ratones andan de fiesta. Con el argumento de que no les gustan los toros los funcionarios se hacen tontos, incumplen, no hacen su trabajo a pesar de los buenos miles de pesos que devengan como servidores públicos. Si les gustan los toros o no pierde relevancia, tienen que hacer cumplir las leyes que para eso están ahí. Total, los jueces de plaza están a la deriva y para evitarse gritos, malos tratos y posibles agresiones personales, mejor se olvidan de su taurinismo y ponen a salvo el pellejo. Las consecuencias las sufre la fiesta de los toros, los errores son frecuentes las incongruencias evidentes, el desprestigio para la plaza México sigue avanzando. Es increíble que al rejoneador Hermoso de Mendoza se le permita cortarles a los cuernos un pedazo considerable, no es posible que luego de las fallas con el rejón de muerte se le concedan dos orejas, como si estuviéramos una plaza de tercera. Es vergonzoso, denigrante que le hubieran concedido el rabo a Talavante luego de una estocada trasera y tendida, aunque no haya aceptado el rabo es parte de su contabilidad, un autogol que cuenta para Talavante. Chucho Morales toreó infinidad de veces en el ruedo de la plaza México, sabe perfectamente lo que se requiere para obtener un rabo, deben tener órdenes de la empresa de ser generosos, al otorgar premios su lema debe ser: es mejor que zozobre y no que fafalte.
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