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Redacción


Marzo 01, 2013
Ángel Soriano Elba, recursos fiscales El imperio económico que construyó a lo largo de tres décadas la otrora poderosa dirigente magisterial Elba Esther Gordillo Morales provienen de los recursos fiscales y, en consecuencia, son dineros del pueblo de México, obtenidos a través de las cuotas sindicales pagadas con los impuestos de los causantes cautivos. No es la delincuencia organizada ni el lavado de dinero –la PGR debe reconsiderar este punto- el origen de su cuantiosa fortuna –suficiente para comprar estéticas, clínicas de belleza y almacenes departamentales son todo y empleados-, el origen de su riqueza, son recursos líquidos canalizados a través de las prerrogativas a su partido y a sus legisladores, igualas de los gobernadores y ex funcionarios federales, desviaciones presupuestales de las instituciones puestas en sus manos (Lotería Nacional, ISSSTE, Seguridad Pública, SEP), entre otras. Resulta increíble que la maestra acudiera personalmente a las tiendas departamentales a comprar vestuario y accesorios de lujo y pagar con tarjeta de crédito como cualquier ama de casa que aprovecha las ofertas para adquirir puntos canjeables por mercancía, cuando que puede contratar –por docenas- a los mejores diseñadores en modas, estilistas, expertos en belleza, nutriólogos, gerontólogos, y si quiere, hasta comprarse un hospital, sin recurrir al pago de facturas o pedir notas de remisión. Por lo cual resulta bastante absurda la averiguación levantada en su contra, a menos que el afán sea de dar pan y circo al pueblo de México. Es decir, dar una nota chusca para provocar la indignación de la sociedad, y en especial la parte presuntamente agraviada de los maestros, al decir que pagó cuantiosas sumas por una cirugía estética, que si resulta indignante, pero la fortuna acumulada le da para comprar un hospital en México o en el extranjero. Lo que debe plantearse es el decomiso de sus cuantiosos bienes porque los obtuvo del erario mexicano mediante los pagos extraordinarios al SNTE, al PANAL y a todo tipo de organizaciones y asociaciones que creó para esquilmar al gobierno de México, lo cual le fue permitido y auspiciado por los gobiernos estatales, municipales y el federal, mientras sirvió a sus titulares y a sus propios seguidores que no sólo obtenían plazas y eran comisionados a su servicio, sino que ocupaban posiciones en la SEP y todas las dependencias que giran en torno a ésta. Más que levado de dinero o delincuencia organizada, a la dirigente sindical magisterial –como todos los líderes “vitalicios” que pululan en el sistema político mexicano- se le debe enjuiciar por succionar las arcas gubernamentales y a sus sucesivos cómplices en los últimos sexenios que le rendían pleitesía y le daban recursos a manos llenas, asustándose con el petate del muerto. La PGR y la Unidad de Inteligencia Financiera de la SHCP tienen que hacer un replanteamiento de su denuncia y reconocer que es dinero del pueblo mexicano destinado a la Educación y al funcionamiento de sus instituciones, que fue desviado con fines políticos y para construir un mostruo del tamaño del que hoy está en la cárcel, mientras sus seguidores huyen o se reacomodan en posiciones de poder servir al poder en turno para ver si pueden construir su propia riqueza, aunque ya no tan abundante, pero sí lograr algo “porque de lo perdido lo que aparezca”. Si se trata de cambiar, como lo señalan algunos dirigentes sociales, deben incluirse otros líderes a los que defiende el líder del Senado, Emilio Gamboa. www.revista-brecha.com [email protected]
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