Lunes 01 de Abril de 2013 |
| Jaime Oaxaca Urge modificar el reglamento En Tlaxcala se efectuó por tercer año consecutivo la corrida nocturna del sábado de gloria, las tres han sido organizadas por el empresario José Ángel López Lima. La de este año ha tenido, como las anteriores, la espléndida escenografía de la plaza Jorge Ranchero Aguilar y el campanario del exconvento de San Francisco. Al momento de hacer el paseíllo se apagan las luces artificiales, se encienden velas que regalaron conforme la gente fue entrando. A pesar de que es una fecha muy importante para el cristianismo en la plaza no se hace ninguna ceremonia religiosa como el 14 de agosto en Huamantla. Sin embargo, cuando termina la misa de resurrección en la catedral tañen las campanas de la majestuosa torre. Para el festejo se montó un cartel sin desperdicio, tres diestros mexicanos que emocionan a la gente que asiste a verlos torear, fue un cartel inédito, sabroso, interesante. El Pana se enfrentó a un castaño, el único bravo de la noche, al que se dio gusto toreándolo con el capote y la muleta, no faltaron los detalles como un trincherazo de los suyos. Narré para televisión con Rafael Loret de Mola, don Rafael le dijo al Pana, “luego del trincherazo se inclinó en tu honor la torre del ex convento”. El torero, primero muerto que sencillo, respondió: “yo creo que sí”. Fermín Rivera en su línea: sin sonrisas a los aficionados, sin posturas falsas ni aderezos superfluos, sobrio, ortodoxo, pulcro, toreando con temple. Tarda en conectar con la gente debido a su seriedad pero el público termina por darse cuenta. Sergio Flores por fin se presentó en su tierra como matador de toros. Qué grata impresión causó por lo buen torero que es. A su primero prácticamente lo dejó crudo, aun así se vio sobrado cortándole las dos orejas. Pero, ¿y los toros? Se anunció originalmente que se lidiarían de Coyotepec, a la mera hora se parchó el encierro con tres de Marco Garfias. Parchar una corrida no es malo, al contrario, hace suponer que llegarán mejor presentados que los que se quitaron. En realidad sólo salió un toro, el 5to. de Marco Garfias, cuatro novillos y uno más chico de Coyotepec (2º.), ganadería propiedad de José Ángel López Lima. En su mayoría descastados. Cerró plaza un becerro de De Haro para el chaval José Mari Macías quien se vio bien. El novillo fue bravo, bañó a las ganaderías titulares. No parece haber remedio en Tlaxcala para que los empresarios y ganaderos presenten corridas serias, evidentemente, tampoco jueces que los obliguen. En las plazas principales del estado: Huamantla, Apizaco y Tlaxcala capital, se pitorrean de la fiesta de lo lindo, El espectáculo ya se decretó patrimonio inmaterial de la humanidad en el estado, para blindarlo de los antitaurinos; la cuestión es quién defiende la autenticidad de la fiesta de los profesionales tramposos. La única solución es modificar el reglamento. Que ahora diga: los empresarios podrán hacer lo que se le dé la gana. Los ganaderos podrán mandar a los prestigiados cosos tlaxcaltecas toros de outlet, de limpia de corrales, destartalados, chicos, con cuernos como si trajeran en las puntas guantes de box y con la edad que el ganadero se le dé la gana. Los jueces podrán ser exigentes cuando así lo consideren conveniente, también podrán hacerse de la vista gorda a su conveniencia, podrán hacer lo que se les dé la gana. Ojalá los señores del congreso se pongan las pilas modificando el reglamento para que nadie se sienta burlado ante las parodias taurinas. Urge modificar el reglamento. |