Miércoles 20 de Noviembre de 2013 |
| Jaime Oaxaca Todos somos culpables Señor Moreno Valle, a los que asistimos a la corrida efectuada en El Relicario el pasado sábado, nos causó sorpresa que la plaza no se llenara; aún más, el propio Juli, cuando estaba en el patio de cuadrillas, hizo un gesto de extrañeza. Se festejaban 25 años de vida del coso poblano, se presentaba El Juli, el que más cobra de los toreros extranjeros; Julián López, el famoso madrileño quien junto con Hermoso de Mendoza son los más taquilleros en este país. Sin embargo, insisto, el cumpleañero Relicario no estaba a tope. ¿Qué sucedió?, se preguntaba todo mundo. Llegó conmigo Paco Olvera, un taurino que conoce un rato de la fiesta, ahora parte del equipo de trabajo de Julián, ¿ya no les gustan los toros en Puebla?, me soltó. -No me lo explico, respondí. Que si la rueda de prensa para dar a conocer el cartel sólo se hizo con 15 días de anticipación, que si no hubo suficiente publicidad, que si ésta no se repartió estratégicamente, que si la prensa no apoyó a la empresa, que si los precios de entrada estaban altos, que si no se sabía la procedencia del ganado, que si había muchas opciones ese día, que si había toros en Tlaxcala. Que si el rumor de las prohibiciones de las corridas de toros en Puebla por parte de un regidor, que si el gobierno sólo presta la plaza en mayo… en fin, la lista podría continuar. Seguramente hay una pequeña parte de todo lo citado para que el coso no se llenara, ¡todos somos culpables! Considero que la gente ya se desacostumbró a ir a los toros, excepto en feria. No es que no nos guste, como dijo Paco Olvera; ya le perdimos el temple, para decirlo en términos taurinos. Gran parte de esa pérdida es por la pésima forma en que se ha administrado la plaza. Se ha soltado a cuenta gotas en estos tres años de su administración, así no se puede planear un calendario anual, los honorarios de toreros y el costo de los toros no son los mismos para un empresario fijo que para uno ocasional. De publicidad, concesiones de cerveza y refresco, ya ni hablamos. Exigirle a un empresario que cumpla a rajatabla con el reglamento no es malo, pero es inoperante en este momento. Si a todo lo anterior se agrega la incertidumbre del futuro de El Relicario… Dentro de poco tendremos que limosnear que alguien quiera organizar una corrida en Puebla. Todos estos motivos la gente se lo atribuye a usted gobernador; sin embargo, la afición lo trató muy bien en la plaza, chanceó, no hubo gritos ofensivos, se fotografiaron con usted. Fue evidente la nobleza de los taurinos que, sin rencor alguno, lo trataron muy bien; lo jamaron, para decirlo en el argot. Gobernador, le quedan tres años de administración, cambié su actitud con la fiesta; si va a tirar El Relicario otorgue facilidades para que se construya una plaza nueva, en caso contrario permita que una empresa maneje el coso, pero no a cuenta gotas, déjelos planear. Ayude a que la gente se habitúe a ir a los toros en cualquier fecha. La tauromaquia genera jugosa derrama económica y supone presencia de Puebla en diversas partes del mundo. ¿En qué lo ayudamos, qué requiere de los taurinos? Vamos a trabajar juntos, vamos a levantar la fiesta en Puebla, no la echemos al destazadero del olvido, no sea que un día tengamos que decir: todos somos culpables. |