De las “eses”, Saldívar la mejor

Jaime OAXACA

El valor, actitud y torería de Arturo Saldívar no tienen discusión. El pasado domingo se ha jugado la vida estoicamente, pero también ha demostrado sus avances taurinos, ha corrido la mano con mucho temple, aguantando a pie firme las embestidas de sus toros en cites hechos de muy lejos, no sólo para pegar péndulos. Arturo Saldívar Romo con 24 años de edad, debutó hace 9 años como novillero y lleva 3 de estar alternativado. No va lento en su carrera, al contrario, en pocos años de matador de toros ha tenido triunfos importantes en Francia, España y México. Es un torero al que le sobran agallas y carácter. Cuando reapareció José Tomás en Valencia, julio de 2011, Saldívar formó parte del cartel. No faltó quien dijera que lo habían incluido porque iba de comparsa, que estaba ahí por inofensivo. Aquel sábado, Arturo Saldívar salió a hombros. Es posible que el chaval le tenga admiración a José Tomás; sin embargo Arturo salió a lo suyo. Ese mismo año, pero en noviembre, el español Ponce anunció que regalaba un toro en la corrida inaugural de la plaza México, raudo y veloz también lo hizo Saldívar para no dejarse ganar la pelea. Arturo ya tenía las dos orejas en la espuerta, aun así obsequió un astado al que, por cierto, le cortó el rabo. Retar así a Ponce, a la boba empresa la pareció una ofensa y ya no volvió a contratar a Saldívar, el empresario lo castigó por no dejarse pisotear. Saldívar reapareció hasta la sexta corrida de la temporada pasada pero no fue por la sensatez de Herrerías, el Juli lo impuso. Ese día Saldívar cortó dos orejas, el dictador de La México ya no lo volvió a contratar. Saldívar inauguró la presente temporada cortando una oreja al primero de su lote. Talavante anunció que regalaría una res, Saldívar hizo lo mismo; no iba a permitir que el español se fuera a ir por la puerta grande, al final no pasó nada. Arturo participó en la séptima corrida de este serial, sólo logró una salida al tercio, pero siempre estuvo en la línea de fuego, esforzado, jugándosela. En la corrida del domingo pasado, Arturo se enfrentó a dos buenos toros de La Joya. Su primero tenía poca fuerza, prefirió no realizar quite alguno; Dominguito, que así se llamaba el castaño, le hizo pasar un dominguito complicado, porque el toro, además de bravura y emotividad, fue desarrollando sentido durante la lidia, dándole al coleta un par de avisos; aun así el torero se puso en la zona que huele a cloroformo, combinando el valor con su buen toreo, un par de dosantinas terminaron por hacer que el público rompiera. Lo pinchó, se metió al callejón con el coraje reflejado en el rostro por no cortar orejas. En el arrastre la gente ovacionó al toro, luego una lluvia de aplausos para que Saldívar saludara en el tercio, le pedían que diera la vuelta al ruedo, algo que ya no se acostumbra en la México, pero el torero molesto consigo mismo prefirió taparse. A su segundo le realizó una buena faena, emocionante, corriendo la mano, cargando la suerte, no exenta de valor, pero no fue lo único, hubo toreo del bueno. Ya se huele un mano a mano con Joselito Adame… sacaría chispas. De la corrida del domingo en que actuaron tres diestros cuyo apellido empieza con “s”, quedó claro una cosa: de las “eses”, Saldívar la mejor.    

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