20 años

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Redacción


Enero 22, 2014
Ramón Zurita Sahagún Dos décadas han transcurrido de una serie de acontecimientos que sacudieron al país y que dieron paso a la transformación de México. Es cierto que varios de esos sucesos fueron sumamente dolorosos, pero también lo es que debido a ellos se provocó la transición democrática. Enero de 1994 amaneció con el levantamiento zapatista en Chiapas, al mismo tiempo que el país entraba en su etapa de modernización con la vigencia del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá. Los esfuerzos gubernamentales por sofocar la rebelión y hasta para establecer una tregua, fueron en vano, por lo que finalmente la resignación vino de la parte gubernamental y hasta hoy se mantiene vigente, aunque con menor fuerza los zapatistas levantados. El asesinato del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio, sucedido dos meses después formó parte de ese escenario terrorífico de 1994. Guardando proporciones y sabiendo de antemano que el problema michoacano es distinto, pero que comprende también la marginación y el atraso de gran parte de la población, hace recordar aquellas trágicas fechas. Si en Chiapas el levantamiento vino por parte de los grupos indígenas y campesinos, pero formado en su conjunto por una población cansada del olvido en que lo tenía el gobierno federal, en Michoacán se traduce en algo similar, por el olvido del gobierno federal para combatir a los grupos delincuenciales. La estrategia diseñada por el gobierno federal para erradicar a los grupos del crimen organizado de Michoacán debe estar encaminada a una solución a mediano plazo, ante el riesgo de que se produzca en esa entidad algo similar a lo de Chiapas, donde el movimiento zapatista fue sofocado y relegado a una zona, donde todavía subsiste, aunque sin el efecto del pasado. En Chiapas, hace 20 años, el gobernador Julio César Luis Ferro fue marginado, tomando el control de las acciones el gobierno federal a través de un comisionado para la paz. En Michoacán el gobernador Fausto Vallejo parece encaminarse por la misma ruta. La labor encomendada al comisionado Alfredo Castillo Cervantes parece marcar el mismo camino. Al igual que Chiapas, la zona del conflicto michoacano no se produce en todo el estado, sino solamente en un área localizada, donde aparentemente la estrategia del gobierno federal debe funcionar pronto. Habrá que esperar, para conocer los resultados de esta nueva estrategia gubernamental, para saber si los grupos de autodefensa cumplen con su promesa de regresar a trabajar y deponer las armas una vez que el gobierno logre sofocar la región de la tierra caliente. CAMPECHE CENTRO DE REUNION Las fiestas decembrinas motivaron a parte del gabinete presidencial para visitar Campeche, uno de los estados más castigados en el presupuesto de egresos para el 2014. 400 millones de pesos se redujeron del presupuesto otorgado a Campeche para el presente año, con relación al ejercido un año antes. Eso motivó a que el gobernador Fernando Ortega decretara una reducción del personal de confianza en un 10 por ciento y tomara otras medidas adicionales de austeridad. Tal vez, fue por eso que diversos secretarios del gabinete presidencial decidieron pasar unos días de asueto en esa parte de la península de Yucatán. El secretario de educación pública Emilio Chuayffet presumió su paseo por Calakmul. Juan José Guerra Abud, secretario de Medio Ambiente, disfrutó del mismo Calakmul y de una abundante comida campechana. José Antonio Meade, secretario de Relaciones Exteriores, fue otro de los paseantes que disfrutó de Campeche en la temporada decembrina. Enrique Martínez y Martínez, secretario de Agricultura, constató la potencia pesquera de Campeche en la temporada navideña. Sin embargo, ninguno de los secretarios visitantes comprometió con el gobernador Fernando Ortega su respaldo para resarcir el déficit de las finanzas estatales. Emal: ramó[email protected] Email: [email protected]
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