DE FRENTE Y DE PERFIL

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Redacción


Febrero 26, 2014
RAMÓN ZURITA SAHAGÚN  PRIMER AÑO Hoy se cumplen los primeros doce meses de prisión de la exlideresa del poderoso Sindicato de Trabajadores de la Educación, Elba Esther Gordillo Morales. Su arresto ocurrido en Toluca, fue pocos días después de la que la exsenadora y varias veces diputada federal, festejara su cumpleaños 68 y lanzara una seria advertencia al gobierno federal de apoyar al presidente Peña Nieto en el proceso de la modernización educativa, pero que no permitirían la palabra permanencia. Ese discurso lo pronunció previo a la aprobación de la reforma educativa por parte del Congreso de la Unión y tres semanas después se procedió a su aprehensión. Las acusaciones en su contra no tienen nada que ver con su negativa a la reforma educativa y mucho que ver con su estilo de vida, ya que la denuncia se fincaba en el manejo de sus tarjetas de crédito y sus pagos de compras en lujosas tiendas del extranjero, entre otros delitos imputados. Elba continúa en prisión, aunque no como una prisionera cualquiera, ya que sus enfermedades y recomendaciones médicas le proporcionan un sitio menos incómodo para cumplir con su reclusión. La mayor parte de esos 365 días los ha pasado en el hospital de la prisión, ya que sus padecimientos así lo requieren, según los partes médicos. Y mientras la profesora chiapaneca sigue en prisión, a la espera de conocer su futuro, muchas cosas han pasado en México. La reforma educativa fue aprobada por el Congreso de la Unión y los profesores afiliados al sindicato que presidió no se opusieron a la misma, mientras que sus adversarios de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación se mantienen en pie de lucha. Durante semanas pusieron en jaque a las autoridades federales y del Distrito federal, cerrando a su antojo vías de acceso, tanto en la Ciudad de México, como en las principales autopistas del país. Montaron campamentos en diversos sitios de la capital del país y bloqueaban calles y avenidas, tanto en el Distrito Federal, como en Oaxaca, Guerrero y Michoacán, entre otras entidades del país. También mientras Elba Esther se encontraba ya en prisión, a las pocas semanas de su detención se procedió a hacer lo propio con el exgobernador de Tabasco, Andrés Rafael Granier Melo, acusado de diversos ilícitos. Como sucedió con la profesora chiapaneca, el tabasqueño fue recluido en el mismo hospital, por sufrir diversos padecimientos que hacía frágil su salud y por recomendación médica. La profesora ya no pudo seguir de cerca las diversas reformas que se dieron en el transcurrir del año pasado, con lo que su participación o la de su grupo fueron nulas. Pero durante su estancia en la prisión, Gordillo Morales se ha dado cuenta (tal vez demasiado tarde) de que se quedó casi sola y que de sus antiguos aliados poco es lo que volvió a saber. Como Pedro a Jesús, la mayoría de sus amigos y aliados la negaron y dicen los pocos que han tenido acceso a ella, que ese es uno de los temas que más la inquietaron. En los doce meses que lleva en prisión, el poderoso sindicato que dirigió se volvió casi una caricatura, donde su dirigente nacional carece de fuerza e influencia y ha sido relegado. Juan Díaz de la Torre fue elegido dos días después de la detención de la profesora Gordillo Morales y, hasta antes de ello, manifestaba su lealtad a la profesora y presidenta vitalicia del organismo sindical. Después de ello y al asumir su liderazgo, Díaz de la Torre precisó que actuaría sin la sombra de sus antecesores. Un año después de su detención, la profesora Gordillo Morales se encuentra a la espera de su sentencia, ya que dependiendo de esta y que al cumplir los 70 años de edad podría cumplir con su condena en casa, mediante arraigo, provocado por su edad y las enfermedades que la aquejan. SE FUE DEL PAN Fernando Elizondo renunció al PAN, acusando a la dirigencia de este partido de ser invadida por males que ya no tiene remedio como son el clientelismo y la corrupción. Elizondo que fue gobernador interino de Nuevo León por nueve meses y fracaso en su pretensión de gobernar nuevamente el estado, por la vía de las urnas, envió un listado de las prácticas ya comunes en el partido, que antes fueron sumamente combatidas. Opacidad, acarreo, afiliación masiva, compra y coacción del voto interno y externo, uso de recursos públicos para fines partidistas, puestos públicos, como botín, forman parte de esas prácticas que ocurren al interior de Acción Nacional, según puntualiza el exgobernante. Fernando Elizondo no fue un panista tradicional, ni tampoco de los de linaje, ya que como él, su padre (Eduardo Elizondo) fue gobernador de Nuevo León, solamente que cobijado por las siglas del PRI. Tal vez orillado por la separación del cargo de su padre, quien antes había sido Rector de la Universidad Autónoma de Nuevo León o por su matrimonio con la hija de uno de los panistas más aguerridos del estado, que inclinó sus preferencias hacia el Partido Acción Nacional. Como militante panista fungió como secretario de Finanzas y Tesorero del gobierno de Nuevo León, senador y gobernador interino, además de secretario de Energía en el ramo federal. Elizondo mantiene vivas sus intenciones de competir nuevamente por el gobierno de Nuevo León, aunque su renuncia al PAN hace difícil que pueda competir por otro partido político. Email: [email protected]
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