SOSPECHAS FUTBOLERAS

RAMÓN ZURITA SAHAGÚN  Qué sucede en el futbol mexicano, que sus propietarios se encuentran con alguna frecuencia en líos judiciales. Cada vez más surgen sospechas sobre la procedencia de algunos capitales que son invertidos en este deporte en México. Será como se rumora que los equipos de ese deporte (seguramente también sucede en otros) su participación les sirve como excusa para la exención de impuestos o para justificar el dinero que se emplea en ellos. Cuando el río suena es que agua lleva y con los equipos de futbol, suceden cosas singulares que llaman poderosamente la atención, aunque ninguna autoridad hace lo posible por despejar las dudas. Son varios los equipos en los que los propietarios de los mismos provocaron sospechas y en algunos los escándalos no trascendieron demasiado, con todo y que las acusaciones han sido fuertes. Para mencionar unos cuantos señalemos a los actuales y pasados propietarios de Cruz Azul, Santos, Puebla, Irapuato, Veracruz, entre otros. Sin embargo, un equipo en particular es que con mayor recurrencia acumula la atención sobre el tema. Se trata del Querétaro, un club que en nada le beneficia el cambio de dueños, ya que los escándalos alrededor de ellos son cada vez de mayor nivel. La ciudad de Querétaro cuenta con una nutrida población, aficionada al deporte de las patadas, con un estadio adecuado, pero con mala suerte en cuanto a resultados deportivos y peor todavía en lo que respecta a los inversionistas del equipo. La historia del Querétaro es simple, en 1980 ascienden a Primera División y su propietario es el empresario Armando Presa Fernández, quien los bautizó con un nombre que no gustó a la afición (Atletas Campesinos). Dos años duró el equipo en la ciudad, ya que fue vendido y trasladado a Ciudad Madero, Tamaulipas. El regreso a la Primera División fue por la vía de la compra del equipo de La Piedad y otros dos años duró el gusto de la afición, ya que en 2004 fue desafiliado. Para 2006, nuevamente el equipo asciende de la Segunda División a la Primera, para que al año siguiente descendiera nuevamente a la Segunda División. Volvió en 2009 y descendió nuevamente en 2013, aunque su propietario compró otra franquicia de Primera División (Jaguares de Chiapas) y la trasladó a la capital de Querétaro. Es precisamente ese personaje el que envuelto en líos judiciales pone en riesgo la sobrevivencia del equipo y su permanencia en Primera División. Amado Yáñez Osuna es un empresario siempre envuelto en escándalo y sobre el que pesan sospechas de corrupción y de beneficios gubernamentales, con base en el respaldo para su empresa por parte de los hijos de Marta Sahagún, a su vez, esposa del entonces Presidente de la República, Vicente Fox Quesada. La principal empresa de Yáñez Osuna es Oceanografía mencionada en muchos asuntos turbios y a la que la secretaría de la Función Pública inhabilitó por 19 meses. Pero el asunto no quedó solamente ahí, ya que la semana pasada, la Procuraduría General de la República intervino a la empresa por el presunto fraude de 585 millones de dólares a un banco. Es cierto que Yáñez Osuna ha vivido los años recientes bajo la sombra de la sospecha por contratos asignados principalmente por Pemex de manera ventajosa, pero la situación no pasaba a mayores y los contratos continuaban fluyendo de forma regular. La fortuna de Amado creció en forma espectacular, por lo que para nadie, fuera de los empresarios del futbol, resultó sorpresivo que comprara equipos al borde del descenso, como sucedió con el Querétaro que se fue el año pasado a Primera A y los Delfines de Ciudad del Carmen que corren el mismo riesgo. Se sabía que era una mala apuesta, ya que un equipo de Primera División cuesta millones de dólares y uno de Primera A deprecia su valor por mucho. Para Amado, un Rey Midas de los negocios, la inversión no le significó mucho y la pérdida tampoco pareció importarle. Antes que él, otro “próspero” empresario, Tirso Martínez Sánchez, fue propietario del mismo equipo de futbol, con sede en Querétaro. Fue precisamente bajo su propiedad que el equipo fue desafiliado, junto con el Irapuato. Tirso fue detenido recientemente y acusado del delito de lavado de dinero, precisamente en los equipos de futbol que fueron suyos. Martínez Sánchez fue señalado como cabecilla de una red de narcotraficantes que lavaban dinero transfiriendo jugadores de Colombia a varias partes del mundo. Entre Tirso y Amado, existió otro propietario del equipo, el que solamente duró unos cuantos meses, hasta que se confirmó que carecía del dinero necesario para quedarse con el equipo. Se trata del exfutbolista Zlatko Petricevic, quien se presumió como accionista mayoritario del club Querétaro y fungiera como el principal dirigente del equipo durante algunos meses. El deportista nacido en Croacia llegó sorpresivamente al equipo y de la misma forma se fue, cuando se comprobó que solamente era un prestanombres, aunque nunca se dijo de quién. Curiosamente Pietri (como era conocido en el medio) nunca fue presentado oficialmente ante la Federación Mexicana de Futbol como socio o propietario por los Gallos y siempre era mencionado como un "aliado estratégico" durante las diferentes reuniones del organismo. De esa forma se comporta el futbol mexicano y, especialmente el equipo de los Gallos Blancos, cuyo destino ahora es incierto, ya que se les adeuda salario y nadie sabe cuál será su futuro. Profesionalmente el equipo da tumbos, acumulando derrotas (perdió ayer mismo con el Puebla), mientras que económicamente angustia a los empleados de todo tipo, a los que se les adeuda salarios. ¿Será solamente mala suerte o que en Querétaro existen otras cosas que no se dan a conocer? Email: [email protected]

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