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Ramón Zurita Sahagún José López Portillo expresó la frase que se volvió clásica en el lenguaje político mexicano, para intentar explicar parte del abuso de poder que cometen los gobernantes. Se trataba de su hijo, José Ramón, quien era cuestionado sobre el porqué de su nombramiento como subsecretario de Programación y Presupuesto, realizado por el entonces titular de la dependencia, Miguel de la Madrid Hurtado. El asunto resultó redondo para de la Madrid Hurtado, ya que al poco tiempo fue designado candidato del PRI a la Presidencia de la República. Al advenimiento del nuevo Presidente, José Ramón fue enviado fuera del país y al poco tiempo separado de la administración pública. Los escándalos protagonizados por varios componentes de la familia López Portillo provocaron que se alejaran de los cargos gubernamentales. Desde siempre, los familiares cercanos de los Presidentes de la República son cuestionados por los constantes abusos de poder que cometen de manera directa o respaldado por quienes detentan el poder. El escándalo surgido en torno a la empresa Oceanografía y donde se encuentran involucrados los hermanos Bribiesca Sahagún, no es el único en que se mezclan los nombres de los vástagos presidenciales. Es cierto que ellos no son hijos del entonces Presidente Vicente Fox Quesada, pero si hijastros de él, ya que su carácter de hijos de su consorte, Marta Sahagún Jiménez, les da el carácter de hijastros. Desde que asumió el poder los hermanos Manuel y Jorge Bribiesca Sahagún, fueron señalados una y otra vez como responsables del uso y abuso del poder presidencial, con protección desde la casa presidencial, en donde vivían su madre y su esposo, el Ejecutivo federal, Vicente Fox Quesada. La fortuna de los hermanos se consolidó y fueron diversos los señalamientos realizados hasta por sus propios familiares en torno a la acumulación de riqueza. Como ellos, otros hijos de expresidentes de la República han sido señalados como beneficiarios del poder y de los contratos emanados de la administración pública. Los escándalos provenientes de los habitantes en turno de Los Pinos, han sido constantes, algunos de ellos trascienden más que otros, mientras que otros son negados y hasta se intenta ocultarlos. Es cierto que desde que inició la etapa sexenal de México, no todos los habitantes de la casa presidencial participan en los abusos de poder. Bajo la Presidencia de Lázaro Cárdenas y Manuel Ávila Camacho no existieron hijos que abusaran del poder, por razones varias. El único hijo de matrimonio de Lázaro Cárdenas (tuvo otros fuera de matrimonio), Cuauhtémoc nació el mismo año en que su padre asumió el gobierno federal y tenía apenas seis años cuando terminó su sexenio. Manuel Ávila Camacho no tuvo hijos, razón por la que no hubo descendencia que participara en esos abusos. Sin embargo, en ambos casos, los Presidentes contaron con hermanos que si aprovecharon la categoría presidencial de sus consanguíneos. Dámaso en el caso de Cárdenas y Maximino en el de Ávila Camacho. De los siguientes Presidentes de la República poco es lo que se sabe en torno a los abusos familiares, aunque se conoce la concentración de riqueza de la familia de Miguel Alemán Valdez. Adolfo Ruiz Cortines fue considerado como el Presidente más modesto de cuantos han ocupado el Ejecutivo federal en los tiempos modernos, aunque por ahí se filtraron algunos excesos cometidos por sus familiares directos. Con Adolfo López Mateos tuvo solamente una hija, Avecita, que se mantuvo alejada del poder. Uno de los descendientes de Gustavo Díaz Ordaz, Alfredo, el menor de los tres hijos del matrimonio que formó con Guadalupe Borja, fue estigmatizado como participe en diversos escándalos de abuso del poder, debido a sus aficiones. Luis Echeverría Álvarez con sus numerosos hijos fue señalado una y otra vez de beneficiarse con el poder, como son los casos de acumulación de terrenos en los principales destinos turísticos del país, especialmente aquellos recién explotados. De López Portillo ya mencionamos alguno de esos eventos, aunque hubo muchos más. Miguel de la Madrid resguardó en secretos de familia la relación de sus hijos con el poder y al paso del tiempo uno de sus vástagos (Enrique) decidió incursionar en política, sufriendo incluso reveses electorales. Los hijos de Carlos Salinas de Gortari (tres) eran demasiado pequeños durante su sexenio, al igual que los de Ernesto Zedillo Ponce de León, aunque eso no impidió que alguno de ellos fuese aconsejado para conseguir contratos gubernamentales de alta envergadura. El caso de los hijos de Vicente Fox resulta llamativo, ya que mientras los hijos que adoptó don Lilian de la Concha se beneficiaban con empleos dentro de la iniciativa privada, los de su cónyuge, Marta Sahagún Jiménez usaban su influencia gubernamental para la obtención de contratos para sus amigos. Los hijos de Felipe Calderón Hinojosa también eran demasiado pequeños durante la administración sexenal de su padre. En el caso actual del Presidente Enrique Peña Nieto, sus vástagos son demasiado pequeños para andar a la caza de contratos de gobierno, igual lo son los de su esposa, Angélica Rivera, ya que al término del sexenio estarán rondando los 20 años, los mayores. Email: [email protected] Email: [email protected]

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