LA CORTE DE LOS MILAGROS

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Redacción


Marzo 20, 2014
RODOLFO RUIZ R.   Víctor Cánovas, activista panista en Tlaxcala, consejero electoral en Puebla El Código Electoral del estado establece cinco principios rectores que deben guiar el actuar de los consejeros electorales: legalidad, imparcialidad, objetividad, certeza e independencia, preceptos que en Puebla el consejero Víctor Joaquín Cánovas Moreno simplemente se pasa por el arco del triunfo. Y no me refiero sólo a su participación en reuniones partidistas en el estado de Tlaxcala, como la que este martes sostuvo en el municipio de Huamantla con panistas de aquella entidad, como operador electoral de Gustavo Madero Muñoz. El activismo partidista de Víctor Cánovas va más allá de la renovación del Comité Ejecutivo Nacional del PAN. Dedica más tiempo a las grillas y asuntos del blanquiazul en Tlaxcala que a su responsabilidad como consejero del IEE de Puebla, organismo al que poco, pero muy poco asiste, salvo los días de sesión de Consejo General. Y, a veces, ni a esos. Pero en lo que sí está metido —y de lleno— el consejero electoral de Puebla, es en la renovación de la dirigencia estatal panista de Tlaxcala, en la promoción de los alcaldes de Huamantla y Tlaxcala, en el posicionamiento de Rafael Moreno Valle con miras al 2018, y en las elecciones internas del PAN. De la mano del exgobernador Héctor Ortiz Ortiz, Víctor Cánovas ha comenzado a operar la sucesión gubernamental de Tlaxcala, por encargo de Moreno Valle. De ahí su interés en lograr que la diputada federal Aurora Aguilar Rodríguez se convierta en la próxima presidenta del Comité Directivo Estatal panista, en sustitución de Sergio González Hernández, y en promover a los munícipes panistas Alejandro Aguilar López y Adolfo Escobar Jardines como posibles aspirantes a la gubernatura tlaxcalteca en el 2016. Sin embargo sus maniobras ya fueron detectadas por los operadores de la senadora Adriana Dávila Fernández, quien en Tlaxcala es ni más ni menos que la coordinadora de campaña de la planilla formada por Ernesto Cordero y Juan Manuel Oliva, candidatos a la presidencia y secretaría general del CEN del PAN. Adriana Dávila, valga la anotación, también repetirá como candidata del PAN la gubernatura de esa entidad, y es ahí donde sus intereses no sólo se cruzan sino chocan con los de Víctor Cánovas y sus patrocinadores de Puebla y Tlaxcala. Pero esa es otra historia. En Puebla será interesante saber cuál será la reacción de los consejeros electorales y los representantes de los partidos políticos sobre la actuación de Víctor Cánovas como activista de la campaña de Gustavo Madero por la dirigencia nacional del PAN. Si bien las funciones de los consejeros del Instituto Electoral del Estado están por concluir, es claro que aún tienen pendientes, entre ellos la organización de las elecciones extraordinarias en dos municipios de la entidad el primer domingo de julio: Acajete y Cuapiaxtla de Madero. ¿Puede un consejero como Víctor Cánovas organizar elecciones bajo los principios de legalidad, imparcialidad, objetividad, certeza e independencia? ¿Puede ser imparcial, objetivo o independiente un consejero electoral de Puebla que en Tlaxcala hace campaña por el PAN y por Gustavo Madero para la dirigencia nacional de este partido? ¿O que suele ausentarse del Instituto Electoral del Estado de Puebla, pero que en Tlaxcala despliega un gran activismo como promotor de los alcaldes panistas de Huamantla y Tlaxcala a la gubernatura de esa entidad, y de Moreno Valle como aspirante presidencial para el 2018? [email protected] y [email protected] @periodistasoy
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