DE FRENTE Y DE PERFIL

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Redacción


Febrero 12, 2015

RAMÓN ZURITA SAHAGÚN

Herencias sospechosas

Hace algunos años se le cuestionaba sobre el origen de su fortuna y de la lujosa casa que habitaba en el residencial Pedregal de San Ángel al entonces diputado federal perredista Manuel Marcué Pardiñas.

Etiquetado como luchador social, mediano empresario editorial (su revista fue cerrada por el gobierno), Marcué Pardiñas había sufrido cárcel, aunque se regodeaba de su amistad con el ya para entonces expresidente José López Portillo.

Jolopo había regalado una camioneta al diputada federal, quien era objeto de todo tipo de improperios en cuanto subía a la tribuna legislativa.

Cansado de tanto reclamo y burla, el legislador perredista tomo aire y quiso aclarar el origen de sus recursos económicos, ya que el provenía de un barrio pobre.

“Me casé con un mujer rica, la que además es la propietaria de la casa en la que vivo”, dijo el perredista.

La revelación provocó sarcasmo, carcajadas y burlas de todo tipo.

Sin embargo, evocando a Marcué Pardiñas, los políticos actuales refieren que sus fortunas no son propias y los bienes materiales que se les adjudica tampoco lo son, pero sí de la familia, ya que sus esposas provienen de acaudaladas familias.

El recurso de las herencias familiares y de las fortunas de los familiares exitosos, siempre es el primero que usan los políticos mexicanos para no dar cuentas de los cuantiosos recursos económicos acumulados durante el ejercicio de sus cargos públicos.

Los hay de todo, aquellos que niegan ser propietarios o beneficiarios de las cuentas bancarias o de las casas, departamentos y predios que se les adjudican por todo el mundo, los que argumentan que son herencias familiares y los que cínicamente (los menos) lo reconocen.

No es nuevo que a los políticos mexicanos se les descubran inmensas fortunas que consisten en joyas, propiedades inmobiliarias, dinero en cuentas bancarias, autos de lujo, algunos de ellos antigüedades coleccionables.

Sin embargo, la respuesta de los incriminados es siempre la misma, son parte de la herencia familiar, suya o de su consorte.

Lo peor de todo es que las autoridades ven pasar todo este tipo de informaciones sin tomar cartas en el asunto.

Claro que no hay denuncia de por medio, aunque una investigación como la que realizan los medios de comunicación si la pueden realizar, sin afectar a nadie y corroborar si es información cierta o falas la divulgada.

En México no pasa nada, se ventilan las fortunas de los políticos mexicanos y no sucede nada, se establecen los conflictos de interés en una serie de asuntos vinculados con esos mismos personajes y toda camina normalmente, sin consecuencias de ninguna clase.

Varios hechos muestran como la autoridad reacciona siempre a destiempo sobre asuntos denunciados en los medios de comunicación.

El entonces gobernador de Tabasco, Andrés Rafael Granier Melo fue señalado en diversas ocasiones sobre la escandalosa acumulación de recursos de parte de él y de su primogénito.

Se mencionaba algunas propiedades en Miami, Cancún y en el propio estado que gobernaba.

Luego se notificó del robo de dos cajas fuertes en su casa de la ciudad de México, sustracción que no quiso denunciar, ya que carecía de comprobantes del origen de esos recursos.

Más adelante, el propio Granier Melo reconoció que su guardarropa estaba compuesto de más de 500 pares de zapatos y mil camisas, además de una buena colección de trajes.

Fue hasta que asumió el gobierno Arturo Núñez Jiménez y presentó una denuncia formal sobre el saqueo del erario público en Tabasco, cuando las autoridades reaccionaron.

Hoy Andrés Rafael se encuentra en la cárcel, aunque eso sí, con ciertos privilegios conseguidos por su abogado.

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