DE FRENTE Y DE PERFIL

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Redacción


Febrero 19, 2015

EL MÁS COMPLICADO

 

Guerrero es, por mucho, el estado más complicado de todos aquellos en los que habrán de realizarse comicios para nuevo gobernador.

La problemática que viven los ciudadanos asediados por la violencia, la inseguridad, la corrupción y los problemas cotidianos se acrecienta con la situación del magisterio.

Uno de los principales problemas sobre el proceso electoral es la incertidumbre sobre si habrán o no comicios en cada uno de los poblados del estado, con todo y que el Instituto Nacional Electoral confirma que sí se celebrarán.

La posición de algunos grupos, reacios a que se instalen las urnas, mantiene la duda en algunos ciudadanos que muestran desconfianza sobre lo que habrá de ocurrir el 7 de junio próximo y si acuden o no a las casillas a sufragar su voto.

Uno de los grandes obstáculos es el magisterio, cuya mayor representatividad la tiene la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, la que, es cierto, ya bajó su agresividad, pero se mantiene en pie de lucha y opuesta a los comicios.

La violencia también disminuyó, aunque se mantiene latente en gran parte del estado, donde se advierte una ausencia de autoridad, tanto a nivel municipal como estatal.

Pero si los ciudadanos mantienen la duda sobre ir o no ir a las urnas, esta aumenta al decidir sobre cuál de las varias opciones es la más conveniente para el futuro del estado.

En Guerrero, los electores tendrán una amplia gama de prospectos para decidir sobre cuál de ellos debe ganar y con ello gobernar un estado que ha vivido grandes tragedias en los años recientes.

La desaparición de los 43 estudiantes normalistas es la cereza que vino a mostrar la descomposición del estado y de sus autoridades.

Antes de ello, y solamente durante el fatal gobierno de Ángel Heladio Aguirre Rivero, los habitantes de Guerrero padecieron las inclemencias del mal tiempo en septiembre de 2013, cuando el fenómeno tropical Manuel inundó gran parte del estado, provocando muerte y destrucción a su paso.

La ayuda llegó a destiempo y a cuentagotas, dejando un fuerte tufo de corrupción, por lo que se anunció que habría severas penas para los infractores de la ley, sin que nada sucediera.

Después vino el sismo que sacudió parte del estado y también provocó pérdidas humanas y daños materiales y ocurrió lo mismo que con las inundaciones, la ayuda llegó tarde.

Pero eso es solamente una parte de lo sucedido en los poco más de tres años de gobierno de Aguirre Rivero, ya que en materia de violencia, la entidad fue sacudida en diversas ocasiones.

La infiltración de los grupos delincuenciales, vinculados con algunas autoridades es algo que ya se presentía en el estado, así como las grandes corruptelas que se venían practicando desde las entrañas de la administración estatal.

El relevo de Ángel Aguirre mostró la decadencia de su administración y la detención del hermano del gobernador con licencia y de otros familiares del mismo fue la comprobación del saqueo practicado durante el gobierno del expriista y ahora experredista.

Lo peor de todo es que nadie quiere hacerse responsable del ascenso de Aguirre Rivero, quien fue impulsado por la izquierda como su candidato estrella, sin importar que unos cuantos días antes de su postulación buscara la candidatura por el PRI, partido que ya lo había impulsado al gobierno estatal en forma de interino.

Priistas y perredistas se deslindaron de Aguirre Rivero en el momento en que fueron detenidos su hermano, su sobrino y otros funcionarios del gobierno estatal.

Luego de eso Aguirre Rivero prefirió renunciar al partido en que militó por poco más de tres años.

Sin embargo, pocos recuerdan que uno de los principales impulsores de Ángel Heladio en su paso del tricolor al sol azteca fue Marcelo Ebrard, el hoy vapuleado exjefe de gobierno del Distrito Federal.

Marcelo fue un entusiasta impulsor de Aguirre Rivero en cuya campaña participó en algunos eventos y fue gran promotor de su candidatura al gobierno estatal, sin importar que apenas estuviera ejecutando el paso de la muerte de un partido a otro.

Uno que puede decir se los dije es el coordinador de los diputados del PRI en la presente legislatura, Manlio Fabio Beltrones Rivera, quien fue un férreo opositor a la nominación de Aguirre Rivero, con todo y que formaba parte de su bancada en el Senado de la República.

Manlio respaldó siempre a su compañero diputado en la 62 legislatura, Manuel Añorve Baños, quien, convertido en candidato del PRI a gobernador, fue barrido en las urnas por la popularidad del hoy defenestrado gobernador de Guerrero.

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