Orar por un cambio en el país: Obispo

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Redacción


Febrero 19, 2015
TLAXCALA  Lucía PÉREZ Corresponsal  4B ORAREl Obispo de la diócesis de Tlaxcala, Francisco Moreno Barrón, pidió a la feligresía que en este inicio de Cuaresma rueguen por la conversión de aquellos que le están haciendo daño a la nación, de aquellos que viven en la corrupción y en la impunidad. Lo anterior lo externó al concluir la homilía en la iglesia de San José para la imposición de la ceniza con lo que da inició la celebración de la Cuaresma, esto se celebra 40 días antes del Domingo de Ramos que enmarca el comienzo de la Semana Santa. Durante la misa, el jerarca católico recordó que en la Cuaresma es tiempo de compartir “de salir de nosotros mismos para ir en encuentro de nuestros hermanos que sean los pobres, los tristes, los enfermos, los migrantes y los encarcelados”. También dijo que es un tiempo para hacer oración y penitencia, la Cuaresma es propicia para compartir con los demás cosas materiales, tiempo, dones y cualidades, es decir “dar comida al hambriento y al más pobre, dar una prenda de vestir a quien tiene frio, acoger al hermano migrante que pasa por nuestra tierra y que quizá nunca volveremos a ver”. Incluso, mencionó también que en la Cuaresma es tiempo para que la feligresía pida por la conversión del corazón de aquellos que le están haciendo daño a México, de esa gente que quiere vivir en la violencia, en la corrupción y en la impunidad, de esa gente que no ha querido dar el paso a la verdadera justicia y la paz. “Pidamos para ellos la conversión, pero los primeros que tenemos que convertirnos somos cada uno de nosotros si no es como tirar la piedra a otro, nosotros no asumimos nuestra propia responsabilidad”, declaró. Para concluir, el representante de la grey católica dijo que el llamado a la conversión es para acercarnos al corazón a Dios y a los hermanos y para eso la iglesia propone algunos recursos como lo es intensificar y disfrutar en este tiempo de Cuaresma: la oración, el diálogo y el encuentro con Dios en la intimidad; “además practicar algunos sacrificios y penitencias que libremente nos imponemos para de esa manera disponernos a recibir la gracia de Dios en nosotros, para que con eso estemos preparados para recibir lo que Dios nos quiera regalar en este tiempo; que este tiempo sea de compartir, salir de nosotros para ir en encuentro de los demás, especialmente de los necesitados compartiendo lo que somos y tenemos, no sólo las cosas materiales sino el tiempo y nuestra cualidades”.
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